Alfonso X el Sabio era hijo primogénito de Fernando III el Santo, a quien sucedió en 1252. Como exigía el guión, guerreó contra los moros con triunfos y conquistas, pero también con derrotas; además tuvo que hacer frente a conflictos internos derivados especialmente por su cambios en la elección de quien debía sucederle, todo ello hasta que un tumor cerebral lo mandó a la tumba. Pero el reinado de Alfonso X destacó sobre todo en el orden cultural. A Alfonso X se le considera el fundador de la prosa castellana y, de hecho, puede datarse en su época la adopción del castellano como lengua oficial. Sus profundos conocimientos de astronomía, ciencias jurídicas e historia y su interés por las más diversas áreas del saber lo llevaron a impulsar la organización de tres grandes centros culturales que giraron alrededor de Toledo, Sevilla y Murcia. De ahí su apodo de El Sabio. Si ha pasado a la historia se debe a sus éxitos culturales. Creyó que legar a su pueblo los mejores conocimientos era lo más mejor que podía hacer y a ello se entregó reuniendo a los mayores sabios de entonces para que aportaran sus saberes.
De su impulso salieron obras jurídicas como el Código de las siete partidas, donde se recoge lo mejor del derecho romano; obras científicas como el ‘Libro del ajedrez’; obras de creación poética como las Cantigas de Santa María, y obras de carácter histórico como la ‘Crónica general’, una historia de España, y la ‘Grande e General Estoria’. Es esta última una obra de tal magnitud enciclopédica que le otorga el valor de ser, sin duda alguna, la más importante aportación histórica de la cultura europea.
A lo largo de sus seis tomos se relata la historia de la humanidad desde su origen y hasta el final de los tiempos. Los redactores de la obra, inicialmente quisieron dividirla en seis partes, siguiendo el criterio agustiniano sobre las seis edades del hombre, aunque esto retrasó su escritura y la complicó.
En la edición de la Biblioteca Castro se transcriben íntegramente las seis partes, según los códices y manuscritos que se conservan en las bibliotecas Pontificia del Vaticano, Nacional de España, El Escorial y de la Universidad de Évora.
Biblioteca Castro ha tardado mas de doce años en poder editar los seis tomos de la ‘General Estoria’. El catedrático Pedro Sánchez-Prieto ha dirigido y coordinado a lo largo de estos años el trabajo de un excelente equipo de profesores medievalistas que ha hecho posible descubrir al mundo de la cultura este tesoro hasta ahora desconocido. Los tomos son un acierto editorial por su belleza tipográfica, su estructura y su rigor filológico.
Escrita en romance en la segunda mitad del siglo XIII nació con la voluntad enciclopédica de relatar la historia de la humanidad desde el principio de los tiempos hasta el reinado del propio rey Alfonso. Para ello, los alfonsíes siguieron el patrón cronológico que les marcaba la Biblia ampliando la información histórica con otras muchas fuentes de origen y naturaleza no bíblica como Ovidio, Lucano, o Pedro Coméstor, según han explicado los responsables de Biblioteca Castro.
La primera parte de la ‘General Estoria’ fue compuesta hacia 1270 y contiene la paráfrasis comentada del Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio). La segunda parte abarca los libros de Josué, de los Jueces, el de Samuel I-II y el primer capítulo del libro de los Reyes. La tercera parte, incluye las partes bíblicas del libro de los Salmos, los libros de Salomón (Cantar, Proverbios, Sabiduría, Eclesiastés), y los libros de los Reyes II, Joel, Isaías, Oseas, Amós, Jonás, Naúm, Miqueas, Tobías, Job y Ezequiel. En la cuarta parte hallamos los textos de Daniel, Abdías, Sofonías, Jeremías, Carta de Jeremías, Baruc, Habacuc, Judit, Esdras, Nehemías, Ageo, Zacarías, Malaquías, Ester y Eclesiástico. La quinta parte incluye los libros de los Macabeos.
De la sexta parte existe un pequeño fragmento de unos 20 folios, interrumpido. Pretende abarcar la última edad del mundo en la que se narraría el nacimiento de Cristo, así como la historia de Roma y de Judea. Llega hasta el relato de la vida de los padres de la Virgen y se interrumpe en el momento en que la madre, Ana, queda encinta.
A la publicación de la ‘Estoria General’ se unen otros cuatro volúmenes que conforman la edición de los códices alfonsíes junto con minuciosos textos introductorios a cada parte y sus correspondientes análisis críticos que aportan un valor añadido de carácter científico a la propia obra medieval.
