Su nombre más extendido parece el inicio de una canción infantil o de un trabalenguas. Y la forma de los cinco pétalos de su flor, suavemente violácea o azulada, recuerda a una hélice o a un molinete; los pétalos son algo asimétricos y están soldados en un tubo por la base. La vincapervinca o viola de bruixa (Vinca difformis) es la única de las cinco especies del género Vinca que puede encontrarse en Ibiza y Formentera, al menos fuera de los jardines, ya que las vincas son plantas muy empleadas en jardinería por la vistosidad de sus flores, que miden alrededor de cinco centímetros y poseen un particular centro pentagonal en la unión de sus pétalos. En el interior del pentágono se distingue un botón amarillo que son los órganos reproductores de la planta. Es originaria del Mediterráneo y se extiende por lugares sombríos en torrentes, cañaverales y barrancos, tapizando los suelos con sus tallos rastreros, que echan raíces a partir de sus nudos al tocar tierra. Lo cierto es que estas plantas tienen tendencia a invadir el territorio como una enredadera y a desplazar a otras especies, algo que debe tenerse en cuenta si se elige una vinca para decorar el jardín o se observa que se está extendiendo fuera de él.
Su sonoro y vibrante nombre, vincapervinca, es una de las peculiaridades más sobresalientes de esta planta. Y encontramos su explicación en el libro ‘Plantas medicinales. El Dioscórides renovado’, de Pío Font Quer. «A este carácter de los tallos estériles de la vincapervinca, los cuales, arqueándose, son capaces de arraigar cuando tocan tierra con uno de sus nudos, respondería el nombre de la planta; porque así ramificada y arraigada constituye espesa ligazón a ras del suelo. Vincire es atar, enlazar, encadenar, y pervincere, encarece o exalta todavía aquella idea. Vincapervinca será, pues, lo que enlaza con insistencia.» Añade el botánico que de tal idea, de la capacidad de la planta de encadenarse al suelo, habría surgido igualmente la creencia popular de «sus virtudes como filtro de amor».
FILTRO DE AMOR
La viola de bruixa ha sido relacionada con los filtros de amor por el origen de su propio nombre, derivado de la capacidad de sus tallos para echar raíces cuando tocan el suelo. Vincire significa atar, enlazar y encadenar.
Y aún hay más respecto a los nombres, porque si en catalán se usa la forma viola de bruixa, Font Quer recoge para el género Vinca denominaciones como violeta de muerto y flor de muerto, acuñados por tratarse de un vegetal que a menudo se plantaba en los cementerios. Amplía la lista con «violeta de serpiente, de lobo, de can, de ratón, de gato, de asno, etc», todos ellos nombres que ya no son habituales para referirse a esta planta pero que demuestran la gran cantidad de denominaciones distintas que pueden encontrarse a nivel popular en botánica, denominaciones que, además, pueden compartir especies muy distintas. Por ello se hace a veces necesario usar la nomenclatura científica.
Cicatrizante
En la Enciclopèdia d’Ibiza i Formentera se recoge la forma catalana blincaperblica, derivada de brincaperbrinca, lo cual aún complica más el asunto de los numerosos y extraños nombres de las vincapervincas, al que pueden añadirse aún algunos menos sugerentes, en castellano, como hierba doncella, pervinca y alcandórea.
Todas las especies del género Vinca tienen diversos usos terapéuticos y sus alcaloides han sido ampliamente estudiados desde principios del siglo XX. V. difformis ha sido empleada para mejorar la circulación sanguínea y la oxigenación cerebral (en trastornos de memoria y jaquecas). En la Enciclopèdia se recoge el empleo antiguo de su infusión para curar algunas enfermedades de la piel. De hecho, uno de sus usos más conocidos es como cicatrizante de heridas.
