La capitana del Puchi Ana Boned Marí (Ibiza, 10-02-1990) libra estos días su partido más importante como sanitaria en el hospital de Can Misses. La enfermera ibicenca, que es partidaria de cancelar la temporada en la División de Honor Plata del balonmano femenino nacional, relata la «angustia» con la que afronta este indispensable servicio público la acelerada expansión del coronavirus.

¿Cómo están afrontando la lucha contra el Covid-19 en el hospital de Can Misses?

Por ahora vamos adelantándonos a lo que pueda pasar, porque te esperas lo peor viendo lo que está pasando por la península. Y también con miedo de que se vaya a saturar todo porque al final estamos limitados. La UCI tiene las camas que tiene y hemos habilitado ya el quirófano por si la UCI se llena, con los respiradores de allí, y tocando madera para que no vaya a más, que no se llegue a sobresaturar.

De momento, ¿cuentan con los medios suficientes para atender a todos los pacientes?

Por ahora, sí. En la UCI todavía queda alguna cama y estamos preparando lo demás. No son las condiciones ideales que deberíamos tener. De hecho los pacientes que no son positivo en Covid los tenemos en la URPA (sala de recuperación) del quirófano y nos vamos apañando con lo que hay, a expensas de que lleguen equipos para todos. Que no nos quedemos sin medicación, que tengamos respiradores suficientes y material. Pero cada día que pasa vas viendo lo que hay y lo que falta. Vamos un poco al día.

Entonces, ¿tampoco disponen del material adecuado para su propia protección?

Las mascarillas FFP2, que son las que deberíamos tener cuando estamos en contacto con pacientes con Covid-19, están bajo llave. Yo no me he encontrado todavía en la situación. Sí que tenemos que llevar las mascarillas quirúrgicas, pero están todas bajo llave para que la gente no se las lleve o se haga un mal uso. Cada vez que necesitemos tenemos que pedirlas porque están contadas. En quirófano yo llevo bata y guantes, me esterilizo, pero sin llevar el EPI. Aun así, tomo mis distancias y mis precauciones.

¿Algún compañero ha contraído el virus?

En mi servicio no hay ningún caso que sepamos, pero es que tampoco se están haciendo test. Aquí sólo se hacen test a personas con sintomatología, por ahora en mi servicio nadie los ha tenido, entonces no nos han hecho test. Si no hemos estado en riesgo, no nos hacen.

Nunca antes se habían enfrentado a algo así en Can Misses...

El primer día que comenzó todo, hace dos lunes, salí de trabajar y me parecía una película. No me podía creer lo que estaba pasando. Te encuentras en situaciones en las que te preparas para lo peor, ves cómo están en la península, sin material, con poca medicación? Tú piensas que en Eivissa somos casi el último escalón, entonces si no llegan medios a Madrid, imagínate aquí. Es más la ansiedad que provoca el qué pasará que realmente el número de casos.

Este cruel desafío también está sacando el lado más humano y solidario de la gente.

Si de algo nos va a servir esto es para estar más unidos en general y valorar el trabajo de todo el mundo. No hay nadie más importante, estamos todos arrimando el hombro para que esto funcione, a pesar de enfrentarnos con algo tan desconocido. Y estamos muy emocionados con los detalles que mucha gente tiene con nosotros. Agradecemos a la población en general su solidaridad.

¿En qué medida reconfortan los aplausos de las 8 de la tarde a los sanitarios?

Al final ahora nos tienen como mártires, como héroes, pero estamos haciendo nuestro trabajo. No es más o menos importante que quienes están en el supermercado vendiendo o los camioneros. Todo el mundo está haciendo su trabajo para que esto salga adelante. Sí que te expones al virus estando en el hospital, y solo queremos hacer nuestro trabajo en condiciones de seguridad. Ojalá todo el mundo pudiera tener equipos de protección y el contagio fuera un espejismo, pero la realidad es que faltan medios.

Pero muchos de los que ahora aplauden a los sanitarios les daban la espalda en sus reivindicaciones.

Sí, tengo que decir que mucha gente me decía que tenía muchas vacaciones o días libres, pero no. Me toca hacer turnos dobles, más horas de las que tocan muchas veces? Y esto no está bien remunerado. Personal del ocio nocturno, de las discotecas, cobran mucho más que yo. Ahora se valora mi trabajo, ahora que estamos en esta situación. Mi sueldo es bastante poco comparado al de un camarero de una discoteca, por ejemplo.

Se ha llegado tarde, pero ¿qué opina de la gestión del Gobierno en esta crisis sanitaria?

No entiendo mucho de política y no quiero hablar de cosas que no sé, pero es verdad que teniendo como ejemplo a China y después a Italia, viendo cómo evolucionó todo, sí veo que llegaron tarde. Y ahora mismo la falta de recursos y de material es como, 'sí, hemos pedido mascarillas, están a punto de llegar, pero no llegan'. Veo compañeros de otras comunidades haciéndose trajes con bolsas de basura? Es enfermería de guerra totalmente. Dicen que llega, que llega, pero no llega nada. Aquí hay gente que ha hecho donaciones, que han comprado mascarillas por su cuenta. Parece que la gente está actuando más que el Gobierno.

Respecto a otras regiones, parece que en Ibiza se está pudiendo contener la propagación.

Yo creo que no hemos llegado al pico máximo aquí, y que tampoco se están haciendo todos los test que se deberían, creo que hay muchos más positivos de los que se están diciendo. Estamos aislados, esperemos no llegar a una situación donde no haya nada. Ojalá no, porque lo que más ansiedad nos provoca a los sanitarios es no poder llegar a atender a todo el mundo.

A nivel emocional, ¿cómo lo están llevando?

Emocionalmente esto es una montaña rusa. Un día estás diciendo, venga vamos a por ello, y al día siguiente dices, a ver la que nos espera? Cada día nos dicen cosas nuevas, se cambian los protocolos, cada día es una sorpresa. Al final, a mí no me importa si me contagio, me importa contagiar a otros, si me acerco a mi padre o a mi madre?

En lo deportivo, el Puchi queda ahora en el último plano?

Sí, ahora ni me acuerdo casi del balonmano, tengo la cabeza en el hospital.

La Federación es partidaria de reanudar las competiciones cuando se pueda. ¿Cómo lo ven en el Puchi?

Sin tener conocimiento seguro, lo que me imagino y lo que sería más correcto es que las ligas se dieran por acabadas porque ahora mismo no sé cuándo podremos salir de la cuarentena. Y el día que esto acabe, primero económicamente va a ser complicado; segundo, llevaremos uno o dos meses sin entrenar, físicamente no vamos a poder reiniciar la Liga. Y tercero, volver a juntar a mucha gente en espacios cerrados no sé si estaremos preparados. Será poco a poco.

¿Esta pandemia nos puede cambiar como sociedad?

Ojalá cambien muchas cosas. Esto está sirviendo también para valorar lo que tenemos, a quienes queremos tener cerca? Ojalá cambie para bien. Al principio costará un poco el reunirnos en casa o volver a ir a un bar que esté lleno. La gente tendrá un poco de miedo a estar en sitios muy juntos. Igual nos crea un poco de psicosis. Seguirá habiendo positivos y será imposible volver como si no hubiera pasado nada.