La XXXIII Pujada a sa Cala 2018, que se disputa este fin de semana, contará con 53 pilotos inscritos, una cifra similar a la del año pasado como prueba del Campeonato de Balears de montaña.

Con la mejorada barqueta Norma M20F, el vasco Andrés Vilariño es el gran favorito para revalidar el título y rebajar el récord de la competición, que él mismo estableció la pasada edición en 2:02.373. El asturiano Pablo Vázquez Garrido, con su espectacular Ossella, será otro de los nombres de referencia en la 'clásica' ibicenca para la carrera del domingo, junto con el ibicenco José Joaquín Fernández, que con su Silver Car Efio ya consiguió la segunda plaza de la general el pasado ejercicio. Los Demon y los Silver Car de Salvador Seguí, Pedro Mayol, Antonio Juan Escandell, Pedro Crespí o Vicente Bufí tampoco faltarán en una cita que, además, contará con 13 equipos para el tramo cronometrado. David Rodríguez (Honda Civic), Jordi Romero (Seat León) y Mario Costa (Mitsubishi Evo IX) son los principales candidatos al triunfo.

En la Copa drifting de montaña hay una nómina de seis participantes, con el experto en derrapaje Nicholas Boelter.

La Pujada a sa Cala arrancará mañana por la tarde en Sant Jordi con las verificaciones técnicas y administrativas de los vehículos y los participantes. El domingo llegará el turno de la competición en las míticas rampas de sa Cala de Sant Vicent, con los entrenamientos oficiales a primera hora de la mañana y las dos mangas de carrera a continuación.

Como en anteriores citas, se espera la presencia de varios miles de espectadores en las cunetas de la emblemática ascensión de cuatro kilómetros, que cumple su trigésimo tercera edición.