Casi un millar de ciclistas, y también algunos patinadores, participaron ayer en la Marcha des Porquet, organizada por el CC Sant Antoni y el Ayuntamiento sanantoniense, que cumplió su decimoséptima edición. Una cita de carácter popular que fue una fiesta del ciclismo, en la que pedalearon deportistas de todas las edades en los tres recorridos que se habían preparado. Entre los participantes hubo bastantes niños y niñas, acompañados muchos ellos por sus padres.

Algunos de los ciclistas optaron por ir disfrazados, circunstancia que acentuó aún más el carácter festivo de la marcha cicloturista. Dos corredores lucieron, por ejemplo, atuendo de cerditos, haciendo honor al nombre del encuentro cicloturista. Otro se manejó a la perfección en su bicicleta portando un disfraz de vikingo. Tampoco faltaron las alusiones a los súper héroes, como el niño que se decantó por ir vestido del Capitán América.

A pesar de la amenaza de mal tiempo, la participación fue nutrida. A las 10.30 horas, con un magnífico día soleado, se dio la salida a la Baby cursa, mientras que quince minutos más tarde fue el turno para la Mini cursa.

A las 11 horas partió la marcha popular. Abrió camino un pequeño grupo de patinadores y después fueron las bicicletas las que tomaron el testigo. Los participantes en este último recorrido tuvieron que soportar una leve lluvia en el último tramo, a falta de dos kilómetros para llegar a Sant Antoni, según informaron los organizadores.

Por tanto, el mal tiempo respetó durante prácticamente toda la jornada. El año pasado se tuvo que aplazar la celebración de esta marcha cicloturista debido precisamente a las inclemencias meteorológicas. Finalmente tuvo lugar en marzo, un mes después de cuando suele ser habitual. En aquella ocasión se repartieron 1.037 dorsales, un cifra levemente superior a la de este 2018, en el que la amenaza de lluvia retrajo a muchos posibles participantes, explicó Juanjo Planells, responsable del club promotor del evento.

La recaudación de las inscripciones se destinará a comprar material para el aula de educación especial del colegio Guillem de Montgrí. También hubo sorteo de regalos, entre ellos varias bicicletas, y una clase de spinning.