La Peña Deportiva ha experimentado una catarsis de emociones al conseguir su segunda victoria en el nuevo año, a costa nada menos que del líder del grupo III de Segunda División B, el poderoso RCD Mallorca (2-1). La escuadra de Santa Eulària se ha liberado de la pesada carga que arrastraba en la primera vuelta con un triunfo histórico por significar la primera derrota de la temporada para el cuadro mallorquín, y por ser precisamente un derbi balear de tamaña entidad. Los de Dani Mori han cuajado un excelente partido y han logrado remontar el tanto inicial del combinado bermellón en un final épico, del que salen muy reforzados anímicamente y liberados del yugo de las adversidades.

Tras un inicio adverso, la Peña incrementó su presión para evitar dejar espacios a los hombres más habilidosos del Mallorca, como Cedric, que provocó una primera falta peligrosa en ataque en los albores del encuentro. La decidida apuesta se vio truncada tras una excelente maniobra de Bustos, que con un control orientado se deshizo de Marcos y, sin pensarlo dos veces, armó una volea que cogió a media salida a Imanol para establecer el 0-1 (min. 6). El extraordinario tanto fue celebrado con rabia por los 200 aficionados bermellones desplazados desde Mallorca.

La reacción no se hizo esperar y la Peña tuvo la igualada en una rápida acción conducida por Guille que finalizó con éxito Marco Rosa, pero el gol fue invalidado por fuera de juego. A pesar de la entidad de su rival, el conjunto de Santa Eulària no se amilanó y le disputó la pelota, consciente de que el líder atraviesa por un bache de resultados tras encadenar cinco empates consecutivos.

El partido entró en una fase de interrupciones y pérdidas de tiempo que lastró el espectáculo y frenó las ambiciones de la Peña. El Mallorca, agazapado y sin brillo, solo aprovechaba las imprecisiones de su oponente para salir a la contra, como en una internada de Álex López que finalizó con un disparo que salió desviado.

Respondió el equipo de Dani Mori con un centro chut muy peligroso de Salinas tras el cual el esférico quedó muerto en el área pequeña, pero Erik se llenó de balón y lo mandó a las nubes (min. 36). Instantes después el líder volvió a protagonizar un contragolpe que estuvo a punto de significar el 0-2, pero Imanol tocó lo justo para desviar a córner un disparo raso y ajustado de Cedric.

Sin embargo fue la Peña quien tuvo la última de la primera parte, en una falta lejana botada por Salinas que acabó estrellándose en el travesaño tras un remache en el área, pero el árbitro decretó fuera de juego y con él, el descanso.

El inicio del segundo acto fue soporífero. El Mallorca se dedicaba a destruir y la Peña era incapaz de hilvanar cuatro pases seguidos. No fue hasta el minuto 10 de la reanudación cuando se registró el primer remate, tras una internada de Marcos que cedió a Marc de Val al borde del área para finalizar a puerta, pero su lanzamiento se marchó ligeramente desviado.

Remontada

A los 62 minutos Dani Mori introdujo cambios para hallar premio a su propuesta, optando como en Formentera por un nutrido ataque, con Guille, Gorriz y Salinas como referencias ofensivas. Y aunque no fue a través del nuevo esquema, lo cierto es que las variaciones encontraron respuesta, tras una falta lateral lanzada por Pepe Bernal que Pau Pomar, libre de marca, cabeceó a la red para establecer el más que merecido empate (min. 73).

La imagen del Mallorca estaba siendo lamentable y la Peña quería rentabilizar su falta de ideas y de fútbol. Y así fue; en una nueva combinación del cuadro local en ataque, el cuero le cayó en las botas a Gorriz junto al punto de penalti, y tras girarse conectó un zurdazo que clavó junto a la escuadra derecha de Reina (min. 80).

El todavía líder buscó el empate en los últimos minutos, aunque sin demasiada convicción, frente a una Peña comprometida con su objetivo de infligir la primera derrota de la temporada al Mallorca para seguir escalando puestos en busca de la permanencia, que ahora está a cinco puntos. Tras alcanzar su segundo triunfo consecutivo en 2018, el equipo de Santa Eulària ve cada vez más cerca el final del túnel.