El apellido Román es sinónimos de buenos porteros. Vicente Román (Vigo, 8 de agosto de 1964) defendió la portería de equipos como Celta, Murcia o Yeclano antes de recalar en el fútbol ibicenco, en la Peña Deportiva y en la UD Ibiza, donde se retiró con 41 años de edad. Alejandro (Ibiza, 21 de diciembre de 1995) cumple su quinta temporada en Tercera División y es titular indiscutible en el Sant Rafel. Su hermano Leo (Ibiza, 6 de julio de 2000) debutó el pasado domingo en División de Honor Juvenil con la Peña Deportiva ante el Mallorca.

«Sinceramente, no sé porqué mis dos hijos eligieron ser porteros. Es un caso poco común. El mayor empezó a jugar en esa posición a los 6 o 7 años, aunque en juveniles se cansó y llegó a jugar una temporada de delantero con el Sant Rafel. En cuanto a Leo, desde siempre ha querido ser portero», declara Vicente Román. «Alejandro y Leo son dos guardametas similares, por constitución y características. Alejandro quizá es más sobrio y técnicamente es muy bueno, mientras que Leo es más hiperactivo; es más explosivo y rápido. Pero los dos son muy parecidos», añade el progenitor, que asegura sentirse «muy satisfecho y orgulloso» de que ambos hijos sigan sus pasos.

Alejandro fue el primero en destacar bajo palos. Con apenas 17 años debutó en Tercera en las filas del Atlético Isleño en la temporada 2011-12. Ahora milita en el Sant Rafel, en el que ha disputado 22 partidos en las cuatro últimas campañas. «A mi padre le vi jugar cuando era pequeño. Por lo que recuerdo, con los pies era un tronco, aunque muy ágil de reflejos. Un poco al estilo de Keylor Navas, aunque salvando las distancias. En cuanto a Leo, creo que es muy buen portero. Es valiente en las salidas y juega muy bien con los pies. Si estuviese en mi equipo, habría que tener cuidado de que no me quite el puesto», comenta.

El guardameta del Sant Rafel tiene mucha más presión por el hecho de que su padre también es el entrenador del equipo. «Es un tema complicado. Hay más responsabilidad, pero trato de que no me afecte y hacerlo lo mejor posible. Habrá gente que diga que juego por mi padre, pero intento no darles la razón», señala Alejandro. «Es cierto que puede tener más presión por el hecho de que soy el entrenador. Sin embargo, hay que saber diferenciar y entender que en casa soy un padre pero que, en el campo, soy el técnico. A veces no es fácil separar ambas cosas», asegura el técnico.

Leo Román ha pasado por las categorías inferiores de Atlético Isleño, Sant Rafel y Penya Blanc i Blava antes de fichar esta temporada por la Peña Deportiva, que se estrena en la máxima categoría juvenil. «Yo tenía claro que quería ser como mi padre y, por eso, elegí la portería. Siempre me da algún consejo y apoyo, sobre todo cuando las cosas no salen como uno quisiera», afirma Leo. «A mi padre también le vi jugar cuando era pequeño y lo que es seguro es que se dejaba los huevos en cada partido. Álex, por su parte, es un guardameta espectacular, alto y que juega muy bien con los pies», dice.

«No sé si llegarán más lejos que yo en su carrera deportiva. Espero que sí. Es muy difícil llegar alto, aunque espero que, por lo menos, demuestren respeto y compañerismo y que disfruten del momento», declara Vicente.