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Fútbol

La UD Ibiza de Baraja, ¿un equipo en construcción o en destrucción?

Once jornadas después, el nuevo proyecto del club camina sobre el alambre en Segunda División, con un solo punto de margen sobre los puestos de descenso tras cosechar seis derrotas y una sangría de goles

Javier Baraja da instrucicones a Álvaro García durante un partido de la temporada. LALIGA

Amadeo Salvo embarcó este verano a la UD Ibiza en un nuevo proyecto a medio y largo plazo que persigue hacer sostenible el club a través de jóvenes futbolistas de proyección y de una profesionalización de la cantera. Para ello, el presidente de la entidad celeste depositó la gestión deportiva en Miguel Ángel Gómez, que llegaba con un nutrido currículo en el fútbol profesional en clubes como el Sevilla y el Real Valladolid, y con un no menos nutrido grupo de trabajo. Con MAG también aterrizó en el banquillo celeste Javier Baraja, un joven exfutbolista y técnico de cantera sin experiencia en LaLiga pero con notables dotes de mando y buenos resultados al frente de las promesas de Pucela.

Sin embargo, la planificación deportiva se prolongó incluso más allá del mercado de fichajes, con tres jornadas de Liga disputadas, y las recurrentes lesiones condicionaron el crecimiento del nuevo Ibiza de Baraja. Y lo siguen haciendo.

Once jornadas después, la escuadra ibicenca camina sobre el alambre en Segunda División, con un solo punto de margen sobre los puestos de descenso tras cosechar seis derrotas. La imagen de fragilidad que proyecta el equipo y el grave problema que se advierte en ambas áreas, con nueve goles anotados (menos de uno por partido) y 16 recibidos (casi 1,5 por encuentro), obligan a cuestionarse si la UD Ibiza de MAG y Baraja es un equipo en construcción o en destrucción.

Un equipo sin identidad

Una de las cuestiones que más preocupan al observar el juego del conjunto ibicenco es su falta de identidad y de estilo propio. Las rotaciones por el amplio fondo de armario disponible, con 27 futbolistas en plantilla, muchas veces obligadas por las constantes bajas por lesión o sanción que sufre cada semana el equipo, y los cambios de sistema que lleva a cabo Baraja en función del rival han ido restando personalidad al fútbol del plantel isleño.

Y el problema en las áreas. Por mucho que la propuesta celeste prime el dominio y buen trato del balón, sin colmillo en ataque hay poco que hacer en LaLiga SmartBank. Del mismo modo ocurre en defensa, donde la solidez se mantiene hasta que la falta de concentración y/o de contundencia arruinan el trabajo del equipo, y muy especialmente de Daniel Fuzato, una de las mejores noticias en este adverso inicio de campaña. El gol tonto de la jornada suele tener acento pitiuso.

La suplencia casi por decreto del central David Goldar, que la temporada pasada fue absolutamente determinante en ambas áreas (anotó siete goles) y uno de los futbolistas seleccionados en el 11 ideal de la temporada, tampoco se entiende cuando las cifras defensivas son las que son.

El bloque bajo no funciona

La UD Ibiza suele iniciar con muy buena actitud y predisposición los partidos. Le funciona muy bien la presión alta, robar y salir, apoyado en la velocidad de los extremos; con las líneas adelantadas y con carácter para querer llevar la iniciativa. Pero se desploman los planes cuando pasa a bloque bajo y se desatan las imprecisiones en el pase.

El juego celeste suele morir en tres cuartos de campo, y cuando los laterales desdoblan por banda y sacan centros al área, hay muy poca presencia celeste en el área. Hasta ahora, Ekain o Darío han tenido que fajarse a su suerte con los defensas rivales, sin apenas apoyos de los centrocampistas. Las importantes bajas de Kevin Appin, Mati Bogusz o Cristian Herrera en las últimas semanas también han jugado en contra de la maduración del equipo.

Si algo ha demostrado Amadeo Salvo en estos siete años al frente del club es su impaciencia con el banquillo cuando los resultados no llegan. Pero quizás las cosas han cambiado este verano en Can Misses y el nuevo rumbo es confiar en el trabajo a largo plazo de los ‘pucelanos’ y en una plantilla que, cuando esté sana al cien por cien, puede dar mucho de sí.

Aunque un sector de aficionados ya ha sentenciado a Baraja, tal y como se refleja en las redes sociales, solo Amadeo Salvo tiene la respuesta a la pregunta: ¿Es esta UD Ibiza un equipo en construcción o en destrucción? No sería de extrañar que el próximo sábado, en función del resultado que coseche contra el Levante UD (Palladium Can Misses, 21 horas), se resuelva la incógnita.

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