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Baloncesto en sillas de ruedas

Pablo Hempler, la alentadora historia de un sueño de baloncesto en silla de ruedas

El jugador del CRiC Ses Salines se convierte en referente del deporte adaptado de Ibiza al ser el primer ibicenco que consigue el hito de dar el salto para competir en una categoría de ámbito nacional, tras ser fichado por el Club Bàsquet Binissalem de Segunda División

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Pablo Hempler, referente ibicenco del basket en sillas de ruedas, busca apoyos Vicent Marí

La historia de Pablo Hempler Villanova (Ibiza, 18-03-1982) no es una historia cualquiera, sino que es el conmovedor relato de toda una vida de constante lucha, perseverancia en pos de sus sueños, fe, tesón, sacrificio, coraje y superación.

Pablo Hempler, sobre estas líneas, posa con su balón de basket. Vicent Marí

A los 18 años de edad Pablo Hempler vio alterada su vida de forma dramática cuando trágicamente se quedó parapléjico y tuvo que aprender a vivir junto a una silla de ruedas, tras sufrir un grave accidente de tráfico mientras se desplazaba en moto, en el que el coche implicado en el golpe se dio a la fuga y nunca apareció.

Sin embargo, a sus 39 años de edad, Pablo Hempler transmite entusiasmo, optimismo y derrocha ilusión a raudales. Hoy por hoy, este ibicenco de humilde familia y sin un seguro que corriera con los gastos de su lesión se ha convertido en el primer jugador de la isla de baloncesto en sillas de ruedas que va a debutar y a jugar en una categoría de ámbito nacional. Y lo hará esta misma temporada, a partir del próximo día 6 de noviembre, cuando se estrene en la pista como nuevo integrante de la plantilla del Bàsquet Binissalem mallorquín, club que compite encuadrado en la Segunda División Nacional y que le fichó este verano, a propuesta de su técnico, tras comprobar éste, en vivo y en directo en un partido del CRiC Ses Salines de la Liga Balear 3x3 de basket en sillas de ruedas, el inmenso potencial que Pablo Hempler tiene para destacar en el mundo de la canasta.

Pablo Hempler y su compañero Josías García, en un ejercicio de bote.

«Hace 21 años que estoy en la silla de ruedas y siempre he practicado un poco el baloncesto por ocio. En la isla nunca ha habido mucho deporte adaptado y por eso me he tenido que ir varias veces fuera, entre otros muchos motivos, para poder hacer y experimentar con nuevos deportes», apunta Pablo Hempler, antes de continuar: «En el mes de abril me enteré de que el CRiC Ses Salines había hecho una sección de baloncesto en sillas de ruedas para discapacitados físicos y fui y me apunté porque me gustó mucho el proyecto y empecé a entrenar con ellos porque me atraía la experiencia y me permitía practicar baloncesto en mi casa, en mi isla, en el lugar de donde yo soy. Le estoy muy agradecido al CRiC Ses Salines por haber puesto en marcha el equipo en sillas de ruedas porque fue así como pude jugar en la Liga Balear de basket 3x3 y gracias a eso el CB Binissalem, que tiene equipo también en Segunda Nacional, se fijó en mí. Y cuando acabó la temporada me llamaron y me dijeron que les interesaba que jugara con ellos en el equipo de Segunda División y me ficharon».

El ibicenco Pablo Hempler lanza a canasta en durante uno de sus entrenamientos en el pabellón de Can Guerxo. | FOTOS: VICENT MARÍ

No obstante, pese a la felicidad que irradia Pablo Hempler por ver cumplido uno de sus grandes sueños deportivos, no todo está siendo un camino de rosas para este referente del deporte adaptado de Ibiza, dado que para dar el salto y poder jugar en la categoría nacional debía cumplir algunos requisitos esenciales, como disponer de una silla de baloncesto homologada por la federación para poder competir y acudir a Mallorca a entrenar.

«El problema que tenía cuando empecé a entrenar es que yo no contaba con silla de ruedas para poder jugar. Por mi lesión en la médula no puedo flexionar las rodillas en ángulo de noventa grados, como se hace normalmente en las sillas deportivas, y, por esa razón, el CRiC Ses Salines me tuvo que adaptar una como pudo, pero no cumple la normativa ni está homologada porque es un trasto, por así decirlo, que me permite entrenar y jugar, aunque no en categoría nacional», detalla Pablo Hempler, al tiempo que explica: «Mi carrera por empezar a encontrar patrocinadores que me pudieran financiar una silla deportiva profesional, porque vale mucho dinero, se inició en el momento en el que me ficharon en el CB Binissalem».

Un sueño cumplido

En este sentido, Pablo Hempler, todo un deportista adaptado de referencia ya en Ibiza, insiste en expresar con emoción su más sincero agradecimiento ante el desarrollo de los acontecimientos en las últimas semanas, y relata al respecto: «Hablé con varias empresas y fundaciones, pero es difícil porque el dinero siempre cuesta darlo, aunque la idea sí que gustó mucho. La Fundación Abel Matutes se interesó en lo que les expliqué, así como algún que otro patrocinador, pero fue la Fundación Julián Vilás Ferrer, a través de Marta Vilás, que se entrevistó personalmente conmigo, la que me dijo que les gustaba mucho mi proyecto, que estaban muy interesados en ayudarme y que me iban a patrocinar. Solo tengo palabras de agradecimiento para la Fundación Julián Vilás Ferrer porque gracias a ellos tengo ya la silla de baloncesto, que es lo más importante para ver cumplido mi sueño y que se haga realidad, ya que la silla está en proceso de fabricación y me va a llegar más o menos una semana antes del 6 de noviembre, que es cuando arranca la competición en la Liga de Segunda».

Apoyo para gastos de viaje

Superado así el primer escollo para ver cumplido su sueño de debutar en categoría nacional, Pablo Hempler se esfuerza estos días por encontrar nuevos apoyos para su aventura deportiva, dado que tiene que sufragarse de su propio bolsillo los desplazamientos que debe realizar a Mallorca para poder entrenar con el CB Binissalem.

Ese desembolso en pasajes se aleja mucho de sus posibilidades económicas, ya que actualmente se encuentra en situación de paro, por lo que a día de hoy necesita encontrar algunos patrocinadores o espónsores que deseen apoyarle en su camino y le ayuden a hacer frente al coste de los viajes que semanalmente tiene que hacer para acudir a sus entrenos en Mallorca, ya que el CB Binissalem únicamente tiene capacidad para costearle los viajes para los días en que se disputen los partidos.

«Cuento con una pequeña colaboración que me han hecho para que me pueda pagar los desplazamientos a Mallorca para entrenar, aunque solo para lo que queda de este año, pero después de diciembre no voy a disponer de dinero y continúo viajando todas las semanas ida y vuelta, además de tener que hacer frente a otros gastos, como ropa y suplementos deportivos, que tengo también que pagarme», asegura Pablo Hempler, que alternará actuaciones siempre que pueda con el CRiC Ses Salines, en la Liga Balear de 3x3, y con el CB Binissalem en Segunda, y que afirma estar «muy ilusionado» y «muy motivado» de cara a su debut en categoría nacional: «Si me preguntas si estoy ilusionado solo te puedo decir que lo estoy muchísimo. Estoy encantado de poder hacer baloncesto en la tierra de la que yo soy. Mantengo contacto directo y permanente con Jaume Grimalt, el entrenador del CB Binissalem, y la verdad es tengo muchísimas ganas de empezar ya la semana que viene con el equipo».

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