Hoy dirige su primer concierto con la Banda Simfònica Ciutat d'Eivissa, el de las Festes de la Terra, un evento musical que será, sin duda, atípico con las condiciones que establece la 'nueva normalidad...

Sí, es el primero que dirijo, pero realmente no es el primer programa que trabajamos. Antes de que estallara la pandemia estuvimos preparando otro programa con toda la banda para otro concierto, a principios de abril, que se suspendió por el coronavirus. Hay que decir que, efectivamente, el de mañana (por hoy) va a ser un concierto diferente. Hemos hecho un esfuerzo muy grande porque hemos tenido que montar grupos pequeños dentro de la banda y obras cortas, más de música de cámara, con nueve, diez, once o quince músicos. Los intérpretes estarán separados un mínimo de dos metros e incluso hasta tres. En cuanto a lo de la mascarilla tenemos un poco de discusión, porque hacer un concierto con ella es bastante complicado, incluso sin tocar un instrumento de viento. También para dirigir.

El repertorio incluye una de sus composiciones en la que intervendrá el reconocido pianista mallorquín Andreu Riera.

Sí, acabaremos el concierto con 'Cabaret Burlesc'. Es una obra que compuse expresamente para Andreu Riera, un pianista de Manacor que es un auténtica eminencia, un virtuoso con un currículum brillantísimo a nivel mundial. Le nombraron miembro de la Real Academia de Bellas Artes hace unos años y me invitaron a asistir al acto de toma de posesión. Conozco mucho a Andreu, que es un hombre con un gran sentido del humor, y me hizo tanta gracia verlo en aquel contexto tan serio que le dije que le iba a hacer un concierto que fuera todo lo contrario, un cachondeo total. Así que le compuse una obra con momentos muy divertidos. La estrenamos hace unos años y justo ahora con todo esto del Covid, cuando me dijeron que tenía que reducir la banda, pensé que era perfecta porque es para piano solista acompañado de catorce músicos de viento. Era el momento ideal para traer a Eivissa una obra así.

¿Interpretarán piezas con más de quince músicos sobre el escenario?

Sí, vamos a empezar con 'Los barbas', de Ferrer Ferran, un pasodoble que interpretará una banda de hasta 30 músicos. Lo hemos tenido que reducir a este número, pero habíamos ensayado 45. Los ensayos han sido muy complicados porque hemos tenido que trabajar la pieza en grupos pequeños de diez o doce personas. El concierto, al ser al aire libre y en un espacio mucho más grande, nos permite juntar a todos, pero la obra está trabajada por secciones. Ha sido muy difícil.

Entiendo que añade dificultad tener que trabajar cumpliendo tantas normas sanitarias.

Sí. Nos tomábamos la temperatura, llevábamos mascarillas, que solo nos quitábamos para tocar, estábamos bastante separados, empleábamos gel hicroalcohólico y, entre grupo y grupo, cada músico tenía que desinfectar su sitio. Es un extra de trabajo muy grande, pero la gente tiene muchas ganas de tocar, de hacer música. Hemos llegado al concierto contra viento y marea. También hay una cosa muy destacable y es el hecho de que los músicos están acostumbrados desde hace años a tocar en un grupo grande y cambia mucho pasar de ser, por ejemplo, nueve clarinetes a, de repente, ser solo dos. Todo está mucho más expuesto y desnudo y los músicos han tenido que ponerse mucho las pilas para montar las obras. Es muchísimo más exigente un concierto así porque cada voz es súper importante. Hablamos al final de hacer música de cámara con un grupo muy grande. Ha sido un reto total y para mí un gran esfuerzo porque he tenido que trabajar con grupos muy diferentes cambiando de registro cada media hora.

Le ha tocado dirigir la banda Ciutat d'Eivissa en tiempos difíciles.

Sí, porque nos tenemos que enfrentar a todo esta problemática del Covid. Pero bueno, está pasando en muchos ámbitos sociales y estamos intentando superarlo y tirar para delante como el resto porque ya suficientemente tocado está todo el mundo artístico. Yo creo que el de los músicos es uno de los colectivos más apaleados por el Covid, porque hemos tenido que parar y hasta ahora no hemos podido empezar a tener público reunido en los conciertos. Vivimos gracias a que haya público. Tener que reducir mucho el aforo y exigir a la gente que vaya con mascarilla va en contra de toda la filosofía de un concierto que es intentar que la cultura llegue al máximo de personas posible.

Compruebo, al repasar su currículum, que ha trabajado con bandas de música, aunque está más especializado en orquestas sinfónicas.

Sí, es verdad que he dirigido más veces orquestas sinfónicas, pero al final la música es un solo lenguaje, hagas música de cámara, con bandas o con orquesta. Yo creo que lo que más motiva a los músicos es la energía que tú pones cuando trabajas, la exigencia y los resultados. Yo creo que los músicos de esta banda, por el feedback que tengo, están bastante contentos también con el reto de intentar subir el listón lo máximo posible.

¿Qué idea tiene para esta banda? ¿Va a seguir una línea similar a la de Adolfo Villalonga?

Tengo muchas ideas, pero no conozco en profundidad el trabajo de Adolfo Villalonga, para decir si seguiré su línea. Tengo muy buena relación personal con Adolfo pero, es curioso, nunca le he visto dirigir. Yo lo único que intento es llevar cualquier obra al máximo nivel con las posibilidades y los músicos que tengo.

¿Le gustaría convertirse en el director

Cuando salgan las bases para elegir un director estable me presentaré como uno más. Me gustaría seguir un tiempo, no demasiado largo, porque creo que la alternancia es muy buena. Un director no debe quedarse nunca apoltronado en el sitio, siempre tiene que correr aire fresco si es posible.