José Luis Mir descubrió la historia de Carlos José Cardona (Sant Rafel, 1901-1979) a través de la prensa, leyendo unos reportajes publicados en Diario de Ibiza por los periodistas Carlos Tur y Xico Lluy. Le fascinó tanto que empezó a investigar y fruto de esta labor nació el proyecto de hacer un documental, en el que lleva trabajando de forma intermitente desde hace dos años. Lo ha titulado 'Carlos Cardona, un ibicenco en Hollywood' y ahora mismo está en fase de montaje. La intención de Mir es presentarlo al público el próximo mes de abril. El primer pase lo hará con toda probabilidad en Sant Antoni, el municipio que vio nacer a Cardona.

El largometraje, de una hora de duración, recorre toda la vida de este rafaler que, fascinado por el mundo del cine, decidió emigrar a Norteamérica para trabajar en Hollywood.

En busca de material para su proyecto, lo primero que hizo Mir fue bucear en la web de los Archivos Nacionales y Administración de Documentos (NARA), de Estados Unidos. A través de esta fuente encontró, sobre todo, información sobre la llegada del ibicenco a América, los lugares en los que vivió y las empresas que montó allí. También le fue de gran ayuda, explica, conseguir el manuscrito de las memorias sobre Cardona que había empezado a escribir Carlos Tur, que falleció en 2005 antes de poder terminarlas.

Maquinista en el Pereira

Maquinista en el Pereira

Entre otros episodios, el documental narra cómo nació la afición de Carlos Cardona por el séptimo arte. «Estaba empleado en la fábrica de luz de Matutes y le mandaron hacer una instalación eléctrica en el Pereira para colocar dos máquinas de cine a manivela de segunda mano que había comprado el propietario de la sala. Al verlas, se quedó enamorado y se ofreció a trabajar de maquinista sin cobrar», explica Mir. Muy mañoso y con gran inventiva, Cardona ideó un sistema con las correas de un ventilador y el sistema a pedales de la máquina de coser de su madre para que los proyectores funcionaran sin tener que darle a la manivela. «Así se podía sentar tranquilamente a ver las películas», apunta el director del documental. Fue entonces, cuando fascinado por ese mundo, decidió que iba a hacer películas y que para ello se iría, nada más y nada menos, que a la meca del cine, Hollywood.

En 1920 surgió la oportunidad de marchar a América. Se embarcó como marinero en el 'Challamba', un barco que había llegado a Ibiza en busca de sal para una empresa de salazón americana. De esta forma llegó a Estados Unidos. Primero residió en Massachusetts, muy cerca de Boston, donde ya vivían dos primos suyos. Uno ellos le consiguió su primer trabajo allí, montando correas para la empresa de relojes Scovill. Tras un tiempo en Boston se trasladó a vivir a Los Ángeles, donde realizó su primera incursión en el cine, como extra en la película 'El rey de la pradera'.

José Luis Mir, autor del largometraje. Foto: César Navarro

Fue en otro largometraje, 'La viuda alegre', en el que aparecía como figurante bailando, donde el jefe de decorados, al descubrir por casualidad su maña esculpiendo, le ofreció la posibilidad de trabajar en los estudios RKO haciendo decorados y miniaturas.

Su primer trabajo fue con el equipo de efectos especiales en la película 'Ben-Hur', de Fred Niblo, estrenada en diciembre de 1925.

También trabajó en el filme 'King Kong', dirigido por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack en 1933. Como explica Mir, a él le encargaron hacer, entre otras cosas, el esqueleto en aluminio y acero del famoso gorila. La buena fama que se labró allí le llevó a crear su propia empresa de maquetas, miniaturas y efectos especiales, Cardona Studios.

Otro de los títulos conocidos en los que intervino fue en 'La fiera de mi niña', de Howard Hawks. «Se encargó de hacer una reproducción a escala real del tigre», cuenta el director del largometraje.

Su carrera profesional en Estados Unidos no se limitó solo al cine. También tuvo su empresa de inventos, Cardona Design Company, que fundó en los años 40. Trabajó para los militares. «De los inventos que realizó para ellos se conoce muy poco porque están casi todos clasificados», detalla Mir. «Se sabe que, entre otras cosas, hizo objetivos fotográficos para las cámaras que llevaba el avión espía U2», añade. Realizó, además, decenas de inventos domésticos, como persianas que funcionaban con motor o tijeras eléctricas.

Tras cerrar Cardona Design Company y jubilarse, regresó a Ibiza en 1969. En 1975 el Cine Club Ibiza le hizo un homenaje en el cine Cartago en el que se proyectó 'King Kong'. Se llevó para mostrarlo al público parte del esqueleto metálico, la cabeza y el cuello, de un brontosaurio que había construido para este filme y que había conservado como recuerdo. Tras su fallecimiento, en 1979, un amigo de la familia se quedó con la reliquia y la subastó en Sotheby's. Mir está intentando averiguar su nombre por si le pudiera aportar más información para el documental.