La afición por la percusión que Eribertho Cruz empezó a mostrar desde bien pequeño le costó unos cuantos sopapos de su madre. No es que quisiera frenar la temprana vocación de su hijo, sino que «le rompía todas las cazuelas», admite entre risas. La paciencia de la madre y la perseverancia de aquel niño de Viñales, un pequeño pueblo tabacalero en la zona montañosa de la provincia de Pinar del Río, ha acabado danto sus frutos con la grabación de su primer disco, 'Alma cubana'.

El nombre no sólo es un homenaje a su Cuba natal, sino también a su hija, Alma, que aparece en la portada junto al cantante y percusionista a bordo de un sidecar. La foto interior también incluye otro sentido recuerdo a sus raíces y a su padre, Ernesto el Montero, fallecido en 2017, que aparece arando su explotación agrícola de Viñales con su nieta ibicenca.

«El disco refleja la idea que yo siempre he tenido de la música cubana, tras recibir la influencia de muchas generaciones en etapas diferentes», explica. Para ello, Cruz no ha querido ceñirse a un solo estilo, sino que parte de la esencia cubana para jugar con otros géneros que comparten raíces africanas. «En 'Alma cubana' hay mucho jazz, música afro, songo, rumba, funky, bolero, chachachá, guaguancó, samba y algunas pinceladas de flamenco. El disco no sería posible sin el apoyo de mi mujer y de los productores, Rafael Garcés y Carmen Cano, que han hecho posible que cumpla mi sueño», destaca.

Grabación en Sevilla y Miami

Grabación en Sevilla y Miami

Tras volver a Ibiza después de finalizar las sesiones de grabación en los estudios Luna Disco de Sevilla, Cruz se encuentra ahora ultimando la edición del disco y la agenda de la banda para presentarlo oficialmente. Algunas partes instrumentales, como el bajo, se han grabado en Italia, mientras que, para la batería, en dos temas ha contado con la colaboración de lujo desde su estudio de Miami de Ignacio Berroa, un histórico percusionista que en 1980 abandonó Cuba para unirse a la banda de Dizzy Gillespie.

Entre el resto de la nómina de músicos de 'Alma cubana' figuran otros nombres destacados de la música cubana de los últimos años como Luis Manresa o el propio priductor, Rafael Garcés, además de Fran Roy, Alejo Martínez o Paloma Ramírez. La parte gráfica del disco cuenta con la participación de creadores ibicencos, con el diseño de Ricard Bofill, del estudio Jazzbo, o la fotografía de portada de Vicent Marí.

Con su primer disco, Eribertho Cruz también culmina una trayectoria profesional que empezó en Cuba a los 16 años, dos antes de contar con la edad mínima para trabajar en su país, para lo que necesitó la autorización de sus padres y pasar el examen oficial. «Allí todos las bandas pertenecen a una misma empresa del Estado y se hacen audiciones y evaluaciones periódicas a las orquestas para comprobar que todos sus miembros cumplen los requisitos, porque no se permite que un aficionado sin preparación ni el título oficial pueda dedicarse profesionalmente a la música», explica.

Tras iniciar su carrera con Valle Son, Cruz se embarcó a los 21 años en otro proyecto con Alternativa para una gira de siete meses por los principales festivales de Francia. Tras un verano tocando en Ibiza en el año 2000, Alternativa siguió recorriendo el país galo y, ya en 2003, Cruz forma el proyecto Erisalsa en Niza, donde ya vivía con su mujer ibicenca.

Sin embargo, acabó abandonando Francia por amor y se instaló definitivamente en Ibiza en 2005 para convertirse en uno de los músicos más reconocidos del circuito de conciertos en la isla. «Llegué un lunes y el miércoles ya estaba tocando», recuerda. Con la inminente publicación de su disco, su nuevo proyecto musical también se renueva con una banda que pasará a denominarse Eribertho Cruz y su Alma Cubana Band.