El señor Xescu Prats insiste erre que erre acusando al sector del ocio de Ibiza de todos los males de la isla. Que sí hombre, que los empresarios del sector tenemos cuernos, rabo y echamos fuego por la boca, ya le dimos la razón en la anterior carta que le escribimos. Sólo pedimos humildemente una vez más su perdón por existir. Ahora resulta que, además de acusarnos de reírnos de los políticos cuando colaboramos con la Administración -según dijo usted en su último escrito- o de hacer comedia cuando hacemos mecenazgo, incluso de atracar a nuestros clientes cuando degustan nuestra cocina y de pisotear los derechos de los ciudadanos cuando creamos puestos de trabajo, ahora digo, también, vaya por Dios, según usted, somos culpables de la proliferación de vallas publicitarias en la isla. Sentencia que con nuestras campañas de promoción amparamos una ilegalidad porque, en su opinión, las empresas que gestionan estos soportes publicitarios tienen también cuernos, rabo y no son de fiar, ya que se dedican a empapelar la isla con subterfugios ante unas autoridades que se dejan engañar.

En fin, para llegar otra vez a culpar al ocio de todos los males, también pone de vuelta y media al sector de la publicidad. Les acusa de tener menos papeles que una liebre (acusación que me imagino no coincidirá con la opinión de los equipos jurídicos de esas empresas). Solo quiero matizar que los empresarios del ocio se limitan a contratar y pagar un servicio y, por cierto, la ley no permite publicidad en avionetas como dice. Nosotros no controlamos si las vallas son legales o no. A partir de ahora, cuando entre en un local de la isla a tomarme un café y, leer de paso el periódico, pediré al propietario que me enseñe todos los papeles del local, por si estoy amparando una ilegalidad al consumir en un establecimiento que no tiene todas las licencias. Incluso es posible que los anunciantes del periódico que me estoy leyendo también estén cometiendo una ilegalidad porque se están promocionando dentro de un local que no tiene los permisos, e incluso el periódico que me leo también puede ser multado por la autoridad competente, porque está cometiendo una flagrante infracción por aprovechar y difundirse en este y otros locales ilegales y, en consecuencia, amparar la comisión de un delito. En fin. Nada de esto tiene sentido, como su escrito.

Solo decirle -y en eso seguro que coincidimos y le doy la razón- que hay que atajar los problemas de saturación, descontrol y expansión de locales, porque la sostenibilidad de una isla tan limitada y de su actividad económica está muy unida al bienestar de los residentes y a decisiones políticas consensuadas. Nosotros no somos los culpables de todos los males de Ibiza. Invertimos mucho para posicionar la imagen y la marca Ibiza. También estamos preocupados por la dificultad de acceso a la vivienda, por la oferta residencial no reglada, por la fuerte presión que sufren las infraestructuras, por los especuladores que buscan el dinero rápido. No se puede generalizar y criminalizar a todo un sector. Como siempre reiteramos, hay ocio bueno y malo, y nuestra Asociación no levantará un dedo para defender a locales que no respeten las reglas.