Unas 170 personas fueron dadas de alta en el área de Salud de las Pitiusas con diagnóstico de ictus en 2015, según el último dato del que dispone la neuróloga del hospital Son Espases y coordinadora de la Estrategia de Ictus de Balears, Carmen Jiménez, quien incide en que la persona que «ve un ictus», ya sea familiar de quien lo sufre o profesional sanitario, «tiene que correr» pues «el tiempo es fundamental».

Durante las Jornadas de Estrategias de Salud que se han celebrado en el hospital Can Misses, Jiménez abordó las enfermedades cerebrovasculares y presentó la estrategia sobre el ictus que se dirige a la ciudadanía de las islas y cuyo objetivo es, por un lado, mejorar la atención de los pacientes que han sufrido un ictus o que están a punto de padecerlo y de sus familias para mejorar así su calidad de vida y, por otro, reducir la incidencia de la enfermedad.

La neuróloga explicó que las enfermedades cerebrovasculares son frecuentes; se pueden dar a cualquier edad; «casi seguro» dejan alguna secuela; tienen «un riesgo alto» de repetición; impactan en la persona que las sufre y su familia por la discapacidad que generar las secuelas y constituyen «la primera causa de muerte en mujeres y la tercera en hombres».

De ahí la importancia de la intervención rápida, por una parte, y de la prevención, en las que deben estar implicados tanto los profesionales sanitarios como la propia sociedad. «El ictus te cambia el alma, la personalidad, todo, y que podamos mejorarlo es brutal. Por eso necesitamos gente», afirmó Jiménez en referencia a profesionales sanitarios que quieran implicarse más en este trabajo.

Síntomas para la detección

Síntomas para la detección

Jiménez apuntó que cuando una persona sufre un ictus -se dan incluso en niños, aunque son «muy poco frecuentes»-, el tiempo «es fundamental». Así, es clave que la población conozca los síntomas, para que ante la más mínima sospecha, dé la alerta.

La pérdida brusca de la capacidad de hablar o de comprender lo que se está diciendo; no tener fuerza o sensibilidad en la mitad del cuerpo; sentir un vértigo interno y tener problemas de visión; sufrir un dolor de cabeza intenso, repentino «y explosivo» o que la mitad de la boca pierda la movilidad y se quede caída al intentar sonreír son síntomas ante los que es fundamental reaccionar, sin esperar a ver si se produce alguna mejoría.

Cuando se detectan, hay que alertar al 061 que, si confirma la sospechas, pone en marcha el protocolo correspondiente, enviando la ambulancia y alertando al hospital de que llega un paciente con estos síntomas, dijo Jiménez tras la presentación, al tiempo que resaltó que se pone en marcha un proceso «en cadena».

En el hospital el paciente ingresa en la UCI y se le hacen las pruebas correspondientes. Se contacta con el servicio de Neurología del hospital Son Espases a través del sistema de 'teleictus' -que se puso en marcha en Ibiza de forma pionera respecto al ámbito nacional en el año 2006- y de forma conjunta se decide si se traslada al paciente a Palma -para una intervención que se no se puede realizar aquí- o se le aplica el tratamiento en el hospital de Ibiza.

Sobre esta cuestión y los medios que existen en Ibiza para atender a los pacientes, Jiménez resaltó que es necesario «reevaluar qué se necesita para que todo funcione y que los ciudadanos de Ibiza tengan la oportunidad que merecen». Y es que varios profesionales hablan de la imposibilidad de hacer algunas pruebas de diagnóstico o de cómo influye la sobrecarga de trabajo en la atención.

Tratamiento en cuatro horas

Tratamiento en cuatro horasLa neuróloga resaltó que la aplicación del primer tratamiento está ligado al tiempo, en tanto que sólo puede darse en las primeras cuatro horas y media. «Cada minuto que pasa mueren dos millones de neuronas», recordó la especialista, quien agregó que la recuperación y las secuelas están relacionadas con el tamaño de la lesión.

Asimismo, incidió en que, sufrido el ictus, la probabilidad de que se repita el infarto cerebral es mayor, por lo que hay que estudiar «a fondo por qué se ha producido» para poder aplicar medidas de prevención específicas para cada paciente.

En unos casos muy concretos es posible realizar una intervención quirúrgica de carótida que evita la recurrencia, de la que, según el portavoz del área de Salud de las Pitiusas, el cirujano vascular que lleva un año trabajando en el hospital ha realizado ya 18.El contenido de la estrategia

El contenido de la estrategiaPor su parte, la Estrategia de Ictus presentada por Jiménez ante una veintena de profesionales se divide en siete áreas de interés estratégico. La primera hace referencia a los derechos de los afectados, que recoge la necesidad de darles información adecuada o consensuar tratamientos. La segunda se centra en la labor de Atención Primaria, para reducir la incidencia del ictus con la prevención y la promoción de los estilos de vida saludable, así como disminuir la recurrencia del ictus y de episodios vasculares en otras localizaciones.

La tercera área de interés se centra en la atención en la fase aguda del ictus para disminuir la mortalidad y aumentar la autonomía de los supervivientes. En esta línea se incluye la necesidad de aumentar el conocimiento de los síntomas; incrementar el número de pacientes a los que se da tratamiento antes de cuatro horas y media desde que sufrieron el infarto; potenciar el uso de la telemedicina aplicada al ictus, o garantizar la atención de máxima calidad y con equidad en todas las islas.

La cuarta área se refiere a rehabilitación y reinserción para poder «incrementar el número de pacientes que han pasado por la fase aguda y se reintegran en su vida social y personal». La quinta, sobre el tratamiento en caso de niños o mujeres o de que la enfermedad esté avanzada y es necesario garantizar los cuidados hasta el final de su vida. La sexta versa sobre formación -para profesionales y la ciudadanía- e investigación, y la última es de evaluación.