El joven británico de 26 años que la madrigada del domingo murió al caer por la claraboya del edicifio Tánit en Sant Antoni se habría olvidado las llaves y por eso intentó entrar en el inmueble por este hueco, según informa el Daily Mail. Además, era el último día de las vacaciones del fallecido, ya que al día siguiente debía volar a Gran Bretaña.

La Guardia Civil informó de que el fallecido se alojaba en el edificio. Mientras una patrulla del instituto armado se encontraba en el patio interior del bloque donde se registraron los hechos, se dirigió a ellos un joven que se encontraba «bajo los efectos del alcohol» y afirmó ser compañero de piso del fallecido.

Testigos presenciales relataron a este diario que personal del Instituto de Medicina Legal y del Juzgado de Instrucción número 3, en funciones de guardia, se desplazaron al inmueble para proceder al levantamiento del cadáver.

Ayer en torno a las 11 horas, dos agentes de la Policía Judicial tomaban aún fotografías del escenario del trágico suceso y trataban de establecer la secuencia de lo ocurrido, que pasó desapercibido para la mayoría de vecinos de este gran edificio, uno de los más altos de Sant Antoni y donde no son extraños a este tipo de accidentes.

Sin ir más lejos, la empleada de un gabinete de masajes situado en los bajos, junto al lugar donde cayó la víctima, aseguró que «hace como un mes» ya se registró otro precipitado en el mismo edificio. Aunque desconocía el fatídico accidente de la madrugada del domingo, ocurrido horas antes de que abriera el negocio, descubrió salpicaduras de sangre en el ventanal, a dos metros de altura, que delataban lo sucedido.

En agosto de 2015 otra persona fallecía en el mismo edificio. Se trataba de un ciudadano senegalés que se ahogó en la piscina.