Nada hacía prever que la primera jornada de huelga tuviera grandes repercusiones, con unos servicios mínimos del 90%, además de caer en un viernes con una previsión de afluencia de pasajeros moderada para estas fechas. El día clave será hoy sábado (el de mayor densidad, junto a los miércoles), cuando el aeropuerto comience un nuevo fin de semana de récord con una media de 17 vuelos y 2.400 pasajeros por hora, hasta llegar a cerca de 165.000 viajeros el domingo. Ahora se verá si los refuerzos recién llegados, según denuncian los manifestantes, son capaces de hacer frente a las avalanchas humanas que, junto a la falta de personal, han provocado colas de hasta media hora para cruzar el control de seguridad.

De hecho, muchos pasajeros han podido llegar a su puerta de embarque porque se va dando prioridad el acceso en función del horario de vuelos y por el personal que recorre las colas para avisarles. Sobre todo, en días como los sufridos la semana pasada, cuando las filas empezaban en la primera planta, junto a la entrada de la terminal de salidas, y colapsaban las escaleras que suben al control de seguridad.

La jornada de ayer también evidenció que, dentro del personal de seguridad, hay dos grupos con intereses opuestos e incluso enfrentados: los indefinidos y fijos discontinuos frente a los eventuales. «Ellos no van a sumarse a esta lucha porque ya cobran este plus», explica la presidenta del comité de empresa, mientras recuerda el «agravio comparativo» que supone que ellos no cobren esos 200 euros extras, una de sus principales reivindicaciones. Pero, más allá de este punto, Ana López quiere recalcar que «esta huelga es para todos, porque la precariedad laboral afecta a todo el personal». Otros manifestantes aducían que algunos de «los nuevos» no iban a enfrentarse a la empresa nada más llegar». Pero era evidente el malestar que mostraban por los trabajadores que aceptan esos turnos maratonianos .

Por su parte, un grupo de vigilantes de seguridad con contrato temporal que ayer empezó turno a las cinco y media de la madrugada también mostró el poco interés que les despierta la lucha de los vigilantes residentes en Ibiza: «Eso es cosa de los indefinidos», manifestaban al ser preguntados por la huelga que acaba de empezar.