El último reventón del viejo emisario de la depuradora de Ibiza ha coincidido justo con el arranque del fin de semana en el que empieza el mes de julio, con los consecuentes efectos negativos para los turistas y negocios de la playa de Talamanca. «El emisario ha muerto matando». Así de tajante define la situación el alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, quien asegura comprender el malestar de los afectados por el cierre de la playa, aunque pide «un poco más de paciencia» porque está «seguro» de que «nunca más se volverá a cerrar la playa por un vertido de fecales».

Precisamente, el viejo emisario ya es historia después de que ayer por la mañana, los técnicos lo cerraran definitivamente y activaran la conexión de la nueva canalización que sale al mar por la zona de es Botafoc. Pese a que el antiguo emisario ya no vierte en la bahía de Talamanca el caudal procedente de la obsoleta depuradora (el agua no sale saneada), la playa de Talamanca seguirá cerrada al baño al menos hasta mañana, en función de los resultados de las analíticas de las muestras de ayer.

Tras conocer que el emisario se había roto de nuevo, el alcalde decidió el jueves por la mañana que por «precaución» se izara la bandera roja. Se tomaron muestras del agua cuyo análisis reveló (el viernes por la tarde) que el agua era apta para el baño. Sin embargo, el Consistorio decidió mantener la prohibición del baño en Talamanca, a la espera del resultado de los análisis de las muestras del viernes, porque los socorristas habían constatado que la situación del emisario era inestable.

El laboratorio confirmó ayer por la mañana que las muestras del viernes indicaban que el agua no era apta para el baño. Así, pese a la puesta en marcha del nuevo emisario, el Ayuntamiento decidió mantener la bandera roja todo el fin de semana. Mañana, cuando se conocerá, 48 horas después, el resultado del análisis de las muestras recogidas ayer, se decidirá si se levanta o no la prohibición.

Los propietarios de los establecimientos de restauración de la playa se plantean presentar «una reclamación conjunta», tal como explicó a este diario Daniele, propietario de una pizzería. Este asegura que el viernes perdió «más de la mitad» de lo que acostumbra a ingresar en una jornada en esta época del año. El alcalde asegura que respeta «las acciones» que decidan emprender los empresarios afectados por el cierre de la playa. «Entiendo que, en plena temporada, se encuentren en una situación delicada», apunta.

No obstante,Ruiz defiende la decisión de izar la bandera roja por «precaución» tras conocer que el emisario se había roto. «Me fío de los técnicos. En estas circunstancias el protocolo manda el cierre. Al final se ha visto [por los análisis] que era la decisión correcta».

El alcalde agrega que desde el primer día se mostró «comprensivo, preocupado y ocupado» para solucionar el problema del emisario y que, por ello, hizo «todo lo posible» para que «las obras se ejecutaran en tiempo récord». «Hemos tenido la mala suerte que se ha roto unos días antes de que se pusiera en marcha el nuevo», dice.