La tercera concentración contra los alquileres abusivos en Ibiza (la segunda de este año) se saldó ayer con un sonoro fracaso, pues apenas logró congregar a una veintena de personas en el Parc de la Pau de Vila, frente a las 200 de los dos actos anteriores. Los convocantes admitieron que la asistencia de personas fue «bastante pobre» en comparación con sus expectativas. «La gente debería movilizarse más», manifestó José Manuel Bermúdez, uno de los impulsores de esta nueva concentración.

Algunos cargos de Podemos, los miembros de Terraferida que por la mañana habían presentado su informe sobre Airbnb, el presidente del GEN y alguna otra cara conocida del activismo a favor de la vivienda fue todo lo que dio de sí este acto de protesta, en el que se exhibieron un par de pancartas contra la especulación inmobiliaria.

«No se ha hecho nada»

Bermúdez, en declaraciones a los periodistas, lamentó que «va a empezar el verano y no se ha hecho nada en materia de vivienda por parte de las administraciones». En el manifiesto de la concentración se reclaman «sanciones ejemplares» contra las personas y empresas que arrienden a los turistas viviendas destinadas a uso residencial. «Hay que sancionar con multas ejemplares el subarriendo de los alquileres turísticos ilegales, así como a empresas, intermediarios y mafias que han creado la actual burbuja inmobiliaria», según afirma el comunicado.

Otra de las peticiones efectuadas es la creación de una oficina pública «eficiente» que tenga como objetivo «gestionar urgentemente las denuncias por alquileres abusivos o ilegales de los ciudadanos, en contacto con Hacienda y Turismo, y que asesore a propietarios e inquilinos sobre sus deberes y derechos».

Gravar con impuestos a los propietarios de más cinco pisos vacíos que estén sin usar más de seis meses al año es otra de las propuestas lanzadas por los convocantes.

«Queremos una ley de emergencia habitacional inmediata para detener los desahucios y atender las necesidades de los ciudadanos a los que les suben abusivamente el alquiler actual o no pueden acceder a una vivienda por la carestía de las mismas», comentaba uno de los organizadores.

Como en concentraciones anteriores, los manifestantes pedían que se habiliten espacios públicos para que las personas sin vivienda puedan «acampar», o bien «se instalen viviendas prefabricadas», al objeto de dar una solución inmediata a quienes llegan sin lugar donde vivir.