Sorprendida. Así se confiesa Rosa Robles, responsable de formación de la delegación en Balears de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), poco antes de acabar el taller de reanimación cardiopulmonar en el instituto Sa Colomina. Sorprendida por la implicación de los alumnos. Porque han escuchado atentos. Por su participación espontánea. Y por sus conocimientos previos. «Sabían lo que era un desfibrilador. Y pronunciarlo bien, que es mucho», comenta. Los 108 alumnos de segundo curso de Secundaria del instituto de Vila son los primeros en sumarse a la campaña ´Los niños salvan vidas´, impulsada por esta sociedad con motivo del Día Europeo de la Concienciación ante el Paro Cardíaco, que se conmemora mañana.

Por una mañana, los escolares han cambiado el aula por el patio del centro, donde, tras la sesión teórica, les aguardan 28 muñecos con los que tienen que practicar el masaje cardíaco y la posición lateral de seguridad. Asistidos por cinco monitores que no les quitan ojo de encima e insisten en que lo principal para reanimar a alguien que está sufriendo un ataque al corazón es el masaje, y no el boca a boca. «Eso lo han visto en las películas y en las series», afirma, divertida, la responsable de formación.

La jefa de Urgencias de Can Misses, María de los Ángeles Leciñena, explica que hasta el 80% de las paradas cardiorrespiratorias se producen fuera del ámbito sanitario «y rara vez con un profesional cerca». Leciñena indica que con 13 o 14 años los adolecentes pueden asumir «perfectamente» esta formación, que confía en poder llevar a otros centros educativos.

Los monitores, profesionales de emergencias, hicieron mucho hincapié en uno de los aspectos más importantes de la reanimación cardiopulmonar: «Antes de adoptar la postura de seguridad y empezar con el masaje cardíaco hay que avisar por teléfono a los equipos de emergencias». De hecho, todos los escolares comprobaron de cerca cómo es una UVI móvil. Entrar en la ambulancia que presidía el patio fue una de las actividades que más les gustaron, según afirmó Robles, que destacó que al inicio de la sesión teórica alguno de los alumnos les confesó que querían ser médicos: «Y eso que ahora no tenemos tan buena prensa como hace tiempo». Mientras los alumnos se esmeran en salvar la vida a sus muñecos de plástico tumbados en el patio del centro, Robles les pone música: el ´Stayin´ alive´, de los Bee Gees.