Decenas de vehículos estacionados a ambos lados de la carretera de Platges de Comte colapsan el acceso a esta zona de Sant Josep. Los turismos aparcados en los laterales de la calzada dificultan una circulación fluida e impiden el paso simultáneo de dos coches. Sin embargo, no hay ninguna señal que prohíba el estacionamiento.

«No me parece normal dejar el coche en la carretera, pero como hemos visto que hay varios aparcados en ambos lados de la calzada hemos decidido hacer lo mismo. No hay hueco en otro lado», afirma María Grimau. Es la segunda vez que Grimau visita Ibiza. La primera fue hace 14 años y vino en septiembre. A pesar de que esta turista de Barcelona era consciente de que en agosto la isla estaría más masificada, no se esperaba que ir a la playa a las cinco de la tarde se convirtiera en una odisea.

El acceso, una odisea

A medio kilómetro de distancia de la playa, ella y sus dos compañeras de viaje, Maria Ferrer y Carme Grimau, se quedaron retenidas con su vehículo en la carretera, ya que entraban y salían coches al mismo tiempo, pero no había espacio en la calzada para la circulación simultánea en ambos sentidos.

«¡No hemos visto ninguna señal que prohíba aparcar, así que espero que no nos multen!», señalan estas tres catalanas. «Cuando hemos visto los coches estacionados en la carretera hemos pensado que se trata de algo normal aquí», añaden.

Hace dos días estas turistas también tuvieron dificultades para aparcar en ses Salines. «Fuimos sobre las siete de la tarde y pensamos que la falta de aparcamiento se debía a que era mala hora. Hoy hemos venido a las cinco de la tarde porque pensábamos que sería una hora más tranquila y que sería más fácil acceder con el coche, pero ya hemos comprobado que no», cuenta este grupo.

Si alguno de los turistas anhelaba encontrar paz y tranquilidad en Platges de Comte, los constantes pitidos de los coches borraban de un plumazo este deseo. A las cinco y cuarto de la tarde se produjo uno de los tantos embotellamientos en esta zona. Una furgoneta Mercedes circulaba por el carril derecho, pero se quedó encerrada en su carril cerca de donde estaba la antigua parada de autobús (la actual está a medio kilómetro de distancia de la orilla). Al mismo tiempo, un Ford Mondeo iba por el carril izquierdo, en sentido contrario al furgón.

Como en este tramo las estacas de madera y las cuerdas protegen las dunas y los árboles de la invasión de los coches, la gente deja sus vehículos en los lados de la calzada. Como consecuencia, ni el conductor del Mondeo ni el de la Mercedes podía ponerse a un lado para facilitar el paso. Bastaron dos minutos de retenciones para que se desatase el caos y para que los pitidos de los coches silenciaran el canto de los grillos.

Finalmente, el conductor del Mondeo pudo dar marcha atrás y el conductor del furgón y la decena de turismos que esperaban pudieron continuar con su recorrido.

Tras esta retención, Rebeca Medina, de Málaga, y su grupo de amigas caminaban a paso ligero con ganas de bañarse frente a s´Illa des Bosc.

Para ellas, aparcar no había sido difícil, pero destacaban que se había formado «caravana» (cola) en la carretera que da acceso a la playa.

«Nos ha costado un poco llegar a la playa porque había caravana en la entrada, pero es normal. Es agosto y estamos en Ibiza», señala Medina.

Saturación

La saturación de vehículos también se produce en otras playas del municipio. Por este motivo, el Ayuntamiento de Sant Josep informó de que actualmente está elaborando un estudio para buscar solución a la problemática de los parkings y las visitas masivas en Cala d´Hort, en ses Salines y Cala Tarida.

En es Cavallet, la empresa que explota las concesiones de las playas del Parque Natural, Ibifor, gestiona el aforo del aparcamiento.

Por otro lado, la Policía Local de Sant Josep acotó provisionalmente ayer por la mañana un espacio en la zona situada encima de Platges de Comte ante el peligro de desprendimientos. El Ayuntamiento de Sant Josep informó ayer a través de un comunicado de que hace unos días se desprendió en la misma zona un trozo de la pared, aunque no se registraron daños personales.

Desprendimientos

El celador de playas del Consistorio registró este hecho en un informe, donde también alertó de la posibilidad de nuevos desprendimientos. Por este motivo, el Ayuntamiento decidió acotar el espacio para impedir el acceso y así evitar riesgos a los bañistas.

Además, el Ayuntamiento remitió el informe del celador a Demarcación de Costas para que plantee las medidas oportunas, dado que es esta institución la que tiene las competencias para actuar en este espacio del municipio Sant Josep.

Por último, el Consistorio de Sant Josep pidió «prudencia y respeto» a los bañistas para que respeten la señalización provisional que impide acercarse a esta pared por riesgo de desprendimientos.