La española Teresa Gregorio ha podido hoy finalmente salir de Rusia tras obtener el salvoconducto español y pasaporte ruso para su bebé Karla, nacida por gestación subrogada en Moscú.

Gregorio llevaba desde el pasado 29 de junio de 2015 atrapada en la capital rusa debido a la imposibilidad de obtener un documento de viaje o salvoconducto para su hija que se negaban a expedir las autoridades españolas al no reconocer el procedimiento de gestación subrogada que en cambio sí está autorizado por la Federación Rusa.

La niña, de nombre Karla María Gregorio Roig, nació en Moscú el pasado 7 de julio de 2015 mediante un proceso de gestación subrogada. La madre legal María Teresa Gregorio Roig, de 47 años de edad, es empresaria de carpintería y vive en Ibiza.

Después de nueve años y al no conseguir la adopción por cambios legislativos en esos países para situaciones monoparentales, en 2014 decidió acudir a la empresa Subrogalia como empresa referente en procesos de gestación subrogada para tramitar este nacimiento en Rusia.

Gregorio abonó un total de 81.575 euros por el conjunto del procedimiento, montante que incluía los gastos de la madre gestante y donante, los gastos médicos y los honorarios de la agencia de 9.075 euros Al final, tras 359 días de estancia suplementaria, Subrogalia ha asumido los gastos extraordinarios de su larga estancia en la capital rusa, que han ascendido a otros 49.770 euros según la agencia, correspondientes a los desplazamientos a Moscú de su personal adscrito a sus oficinas en Kaliningrado y Kiev, así como a la asistencia social y legal en esa ciudad y desde Barcelona, importe que no ha tenido que abonar Gregorio.

Un año en Moscú de forma irregular

La situación de Teresa Gregorio era extremadamente vulnerable por cuanto el visado a extranjeros en la Federación Rusa, aunque fuera por un año con entrada múltiple, no podía prolongarse más de 90 días seguidos durante un periodo de 180 días. Al sobrepasar ampliamente estos plazos, Teresa Gregorio podía ser expulsada de inmediato de Rusia, además de ser condenada a una multa administrativa y la prohibición de entrada en Rusia durante 10 años, lo que le obligaba a abandonar a su hija en un orfanato. Como consecuencia, Gregorio ha vivido todo un año en Moscú de forma muy irregular, primero en un hotel y luego en un apartamento, del que tenía miedo a salir.

Como la gestación subrogada aún no está legalizada en España, la embajada española en la Federación Rusa se amparaba en que carecía de competencias y que la resolución de que Gregorio, madre soltera y que no había aportado material genético propio, pudiera regresar a España con su bebé nacido en Rusia correspondía al juez encargado del Registro Civil Consular, trasladando el expediente al Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Finalmente, gracias a que las autoridades rusas han expedido el pasaporte ruso a Karla en el que se reconoce a Gregorio como su madre legal, las autoridades españolas han expedido por su lado el salvoconducto para que el bebé pudiera entrar en nuestro país.

Para Dídac Sánchez, presidente de Subrogalia, "este caso es realmente estrambótico. En otros países presentando una resolución judicial como la que tenía Teresa Gregorio el Consulado español procede a la inscripción del menor en el Registros Civil, aunque los padres no hayan aportado material genético propio. Al ser madre soltera, el despropósito que ha sufrido Teresa Gregorio ha sido colosal".

Fundada en 1969 en Ibiza por su padre, Carpintería Gregori es un taller familiar especializado en trabajos de madera para la construcción y ebanistería. Teresa Gregorio es la administradora de la empresa.