El Ayuntamiento de Sant Josep aprobó ayer en un pleno extraordinario, gracias al voto de calidad del alcalde, Josep Marí Ribas, Agustinet, una subida general para este año de las tarifas del agua del 15,3% (la de pozo y la desalada) tras el acuerdo alcanzado con Abaqua, la empresa pública del Govern balear que vende la producción de las desaladoras de la isla a los municipios, y Aqualia, la concesionaria municipal del servicio de agua. La propuesta se eleva ahora a la comisión de precios del Govern, por lo que las nuevas tarifas no se aplicarán hasta después del verano.

Queda pendiente la resolución del conflicto con Abaqua por la deuda que se arrastra desde 2011 por las diferencias entre las dos partes sobre la subida de los precios del agua desalada, pero el concejal de Obras y Agua, Ángel Guerrero, reiteró ayer que el pago de esta deuda no repercutirá en otra subida de los recibos trimestrales del agua.

Sin embargo, las nuevas tarifas también contemplan una subida mínima del 7,3% (el IPC, que no se ha revisado desde 2009) del agua procedente de los pozos del municipio pese a su alta concentración de sal que, en algunas zonas como Sant Jordi, impide su uso doméstico. Al igual que en el caso del agua desalada, también se aplicará en la de pozos el principio de quien más gasta, más paga.

Así, la subida del IPC se aplica a los consumidores del primer bloque (menos de 30 metros cúbicos en un trimestre) y el segundo (entre 31 y 60), cuyo precio del agua pasa de 0,79 a 0,85 euros el metro cúbico y de 1,14 a 1,23, respectivamente. En cambio, a los clientes del tercer tramo, entre 61 y 90 metros cúbicos, la tarifa pasa de 1,68 a 1,98 euros por metro cúbico de consumo, una subida de casi el 18%. Se crea además un cuarto bloque, para los grandes consumidores que superan los 90 metros cúbicos, que pagarán el metro cúbico de agua de pozo a 2,22 euros.

Voto de calidad del alcalde

El PP y Alternativa Insular votaron en contra de la subida. La abstención de Guanyem, que, no obstante, dijo estar de acuerdo en que «se bonifique» (en verdad no hay rebaja, solo una subida menor) a los pequeños consumidores y se dé «la estocada a los que más gastan», y la ausencia del dimisionario Albert Marí (aún no ha entrado José Guasch para suplir la vacante), dejó la votación en tablas: ocho a favor y ocho en contra. Tras una segunda votación, el alcalde deshizo el empate con su voto de calidad.

La portavoz del PP, Neus Marí, calificó de «despropósito que se suba el agua desalada en la misma proporción que la de pozo, que cada vez es más mala». «No es de recibo que además la suban. No está justificado», dijo, para agregar: «Una cosa es ir a repartir botellas de agua en campaña [ para denunciar su mala calidad] y otra gobernar».

El concejal de Obras y Agua, Ángel Guerrero, justificó que la subida del precio del agua de los pozos se debe exclusivamente al incremento del IPC desde 2009. Guerrero explica que no se aplica el aumento del IPC por igual a todos los consumidores porque «se desvirtuaría» la intención de penalizar a los que más gastan al objeto de fomentar una reducción en el consumo. El contrato con Aqualia, la empresa concesionaria municipal que es la que compra el agua a los propietarios de los pozos, «obliga» a ello, según el concejal. De hecho, Aqualia tiene dos contenciosos en los tribunales reclamando este incremento. El acuerdo de la subida implica el compromiso de la empresa de contratar a dos fontaneros y un administrativo para la oficina, que actualmente está «saturada».

Los «beneficios» de Aqualia

El portavoz de Al-In, Vicent Torres, recordó que Aqualia «no ha cumplido muchas condiciones» y que la auditoría que se hizo la pasada legislatura apuntaba que obtenía «muchos beneficios». Torres recordó que la calidad del agua «ha empeorado», por lo que dijo que se podía entender una subida del coste de mantenimiento, pero «no en el consumo». «En Mallorca nos tienen cogidos por el cuello», dijo.

Tal como ya avanzó este diario, el recibo de los usuarios que consumen agua desalada (incluida la de la planta de ses Eres, pese a que en verano se mezcla con salada) subirá una media de dos euros en el primer bloque, de ocho euros en el segundo, de 25 euros en el tercero y , en el cuarto, nuevo, para grandes consumidores, más de 60 euros.

Guerrero admitió que «no es agradable» subir la tarifa, pero que era «necesario» porque desde 2009 no se había actualizado. Reconoció que, en este momento, antes de las elecciones generales, es «dispararse un tiro en la cabeza». «Pero hay que ser responsables. Toca subir, y hay que castigar a los que más consumen», dijo, al tiempo que resaltó que el precio pactado con Abaqua es sólo para este año ya que se espera que con la puesta en marcha de la desaladora de Santa Eulària, «sea más bajo».