­El director del Ib-Salut, Juli Fuster, quiere cambiar la normativa que regula los plazos de pago del Govern balear para equiparar a los pacientes con los proveedores, de manera que los enfermos que deben desplazarse por cuestiones médicas no deban esperar hasta dos años para cobrar las dietas. «Es un problema que hemos descubierto ahora y hablaré con el departamento de Hacienda para ver cómo se puede hacer», comentó Fuster, que explicó que en estos momentos los primeros en cobrar deben ser los proveedores por normativa. «Queremos cambiar la normativa o crear una nueva para incluir a los pacientes», añadió.

Fuster, que se reunió hace diez días con representantes de las asociaciones de enfermos de cáncer, insistió en la dificultad de convertir en pública la gestión del futuro servicio de radioterapia algo que, matizó, sólo será posible si la adjudicataria, la Unión Temporal de Empresas (UTE) Grupo Asistencial Juaneda, comete un «incumplimiento grave» del contrato.

«Se adjudicó el servicio a esta empresa y es difícil rescindir el contrato porque hay unas leyes que la protegen», añadió. En este sentido, señaló que la decisión la tomarían los servicios jurídicos. Fuster garantizó que el caso se pondrá en sus manos si el 1 de enero no han comenzado a atender pacientes.

«Quiero pensar que la empresa cumplirá los plazos y que confío en que en diciembre ya esté funcionando», apuntó Fuster, que señaló que los arquitectos y técnicos del Ib-Salut le han asegurado que «es posible» que el servicio esté terminado en plazo. «La empresa también lo asegura. Hemos hablado con ellos y están convencidos», abundó.

De hecho, el director de la UTE, Fernando Barturen, reconoció a finales de la semana pasada a Diario de Ibiza que existía la posibilidad de que el Govern rescindiera el contrato con ellos si incumplen los plazos, pero garantizó que esto «no pasará».

Menos traslados

Uno de los objetivos que se ha marcado Fuster es reducir el número de pacientes de las Pitiusas que deben trasladarse a Mallorca para recibir atención médica. «Y eso pasa por ofrecer más servicios en Can Misses», apuntó, y recordó que también hay pacientes de Formentera que deben desplazarse hasta Can Misses y que muchos habitantes de las islas tienen que viajar a la Península para ser atendidos.

«Estamos estudiando la petición de los médicos de poner en marcha un servicio de Cirugía Vascular y de Neurocirugía», señaló el gerente del Ib-Salut, que insistió en que se trata de especialidades en las que los profesionales necesitan atender «un número mínimo de casos» para poder garantizar la calidad asistencial. Así, en el caso de que Can Misses no cuente con sus propios servicios de Neurocirugía y Cirugía Vascular, se incrementarán las visitas que los profesionales de estos servicios de Son Espases realizan al hospital ibicenco. «Se desplazarán las veces que haga falta para evitar que los pacientes tengan que trasladarse», reiteró.

El viejo Can MIsses

Fuster cree que a «mitad de legislatura» podría estar ya funcionando el centro de atención sociosanitaria en el viejo Can Misses. «Yo prefiero llamarlo centro para enfermedades crónicas», señaló el director del Ib-Salut, que recordó que el primer proyecto del nuevo hospital ya incluía este espacio, así como el centro de atención primaria, que se trasladó a la avenida 8 d´Agost. Ambos desaparecieron en el modificado de la nueva infraestructura por una cuestión económica. Fuster explicó que recuperar el ambulatorio será más complicado, pero informó de que los arquitectos y los ingenieros de la conselleria están ya estudiando las viejas instalaciones para su reconversión.

El anterior gerente del Área de Salud de Ibiza y Formentera, Ignasi Casas, aseguró antes de dejar su cargo que el proyecto, presupuestado en 300.000 euros, dependía únicamente de contar con el dinero. De hecho, destacó que el personal necesario para atender a los pacientes de este espacio ya se incluyó en la ampliación de plantilla que el Ib-Salut realizó el pasado mes de marzo.

Por último, Fuster hizo hincapié en la necesidad de mantener una relación «fluida» con la concesionaria del hospital, Gran Hospital Can Misses.

De hecho, el gerente del área de salud pitiusa, José Balanzat, apuntó que la relación con la concesionaria es uno de los «retos» de los próximos años. «Tenemos que velar por que presten correctamente los servicios que tienen asignados, y con calidad. Hay un canon establecido y cobran por ello», señaló Juli Fuster.