­La inversión que el grupo de empresas de Alonso Marí Calbet está realizando para transformar el Club Tarida Beach en un nuevo establecimiento de superlujo, que estará en funcionamiento el próximo verano, asciende a 22 millones de euros. El hotel, que en 2004 fue remodelado para convertirse en un cuatro estrellas, se transformará ahora en el Insotel Tarida Beach Resort y pasará a formar parte de la línea Sensatori de Thomson (Tui), un producto destinado a turistas de gran poder adquisitivo.

El renovado complejo de Cala Tarida (construido originalmente en 1987) pasará a ser de este modo el quinto hotel de máxima categoría de los ocho con los que cuenta Insotel en Balears y se convierte, al mismo tiempo, en el segundo Sensatori de España y el séptimo del mundo después de los de México, Creta, Jamaica, Egipto, Turquía y Tenerife. A los 45.000 metros cuadrados con los que cuenta este hotel, que mantendrá sus 404 habitaciones, se sumarán otros 12.000 que corresponden a un solar contiguo adquirido por Marí hace años y en el que se levantarán buena parte de los servicios que el espacio necesita ofrecer para situarse en la máxima categoría. «Gracias a Dios había comprado este terreno en los años 80 y estamos construyendo más piscinas, más restaurantes y zona deportiva con pistas de tenis, spa, piscina climatizada, etc», señala Alonso Marí.

El empresario destaca que las nuevas instalaciones están específicamente pensadas para el turismo familiar. «No podemos abandonar el mercado familiar, no podemos vivir solo de las discotecas y de gente que viene aquí el fin de semana a emborracharse. Las familias deben existir en Ibiza», considera. Pero, teniendo en cuenta que en algunos periodos se pueden llegar a pagar 2.255 libras (2.822 euros) por persona para una estancia de siete días, cabe preguntarse si habrá suficientes familias con el poder adquisitivo necesario para permitirse unas vaciones de este estilo. La respuesta del empresario es un rotundo sí. Puntualiza que el alojamiento se llenará principalmente con británicos derivados por el turoperador. «Thomson Tui tiene más de 30 millones de clientes, de los que más de dos tercios son ingleses», apunta Marí, y añade que el 42 por ciento de las plazas que el nuevo cinco estrellas ofertará en 2015 están ya reservadas. Esto supone «que hay 6.000 personas que ya han reservado para alojarse» allí. Thomson anuncia ya este establecimiento en sus folletos de comercialización, en los que se aprecia la recreación de uno de los siete restaurante con los que contará, concretamente, el localizado frente al mar para que los clientes disfruten de las puestas de sol. Los datos proporcionados por Insotel revelan que a día de hoy, con la reforma en curso, se ha vendido el 50 por ciento de las plazas disponibles para junio, el 64 por ciento de las de julio y más del 40 por ciento de las de agosto.

Un ejemplo del lujo que pretende proporcionar el nuevo resort es que los clientes podrán disponer de las llamadas swim-up room, un tipo de habitación con terraza particular desde la cual los huéspedes acceden a su piscina privada. El Tarida Beach será el segundo hotel de cinco estrellas de Insotel en Ibiza, después del Fenicia Prestige. Marí cuenta con otro establecimiento de máxima categoría en Mallorca y dos más en Punta Prima (Menorca).

Poyectos | Tres nuevos alojamientos con 1.500 habitaciones en Cancún

La división hotelera de Empresas Alonso Marí tiene en marcha otro gran proyecto con el que pretende exceder por primera vez el ámbito turístico de Balears e instalarse en Cancún (México). En 2006 compró por 108 millones de euros una parcela de 280.000 metros cuadrados en una urbanización de Playa Mujeres para levantar allí tres hoteles de lujo que sumarán 1.500 habitaciones. Marí asegura que la inversión no será un problema (se necesitan 270 millones solo para los dos primeros hoteles) y que cuenta ya con todos los permisos necesarios. «El proyecto está claro, falta cerrar quiénes serán los socios», apunta. Al parecer, hay muchas posibilidades de volver a colaborar con TUI y que el turoperador obtenga la exclusividad de uno de los tres hoteles situados frente a Isla Mujeres, que podría integrarse en su líneas de clubes Robinson. El proyecto (que incluye un kilómetro de playa privada) se ha desarrollado pensando, principalmente, en alojar a turistas estadounidenses, aunque los promotores también esperan clientes del sur del continente.