El Ayuntamiento de Sant Josep aseguró ayer que la Policía Local precintará el lunes o el martes los equipos de música de Cova Santa, tanto los que tiene el establecimiento en el interior como en el exterior. Se trata de una medida cautelar que se ha adoptado después de que una sonometría realizada el pasado 8 de agosto superara el índice máximo de decibelios permitido. La prueba se hizo tras recibir la Policía varias llamadas de protesta de los vecinos que viven en los alrededores, a causa de las molestias que sufrían por el excesivo volumen de la música. La medición del nivel de ruido se efectuó en una vivienda próxima a Cova Santa, según apuntó la portavoz municipal, que no aportó detalles más concretos.

El 12 de agosto se presentó el correspondiente informe técnico y se abrió el periodo de alegaciones que, una vez finalizado, ha derivado en la decisión de los responsables municipales de precintar de los equipos de música. Los propietarios del local tendrán que presentar un estudio acústico y certificar que el limitador-registrador de sonido que han instalado funciona correctamente, según explicó una portavoz municipal.

Aunque es posible que los precintos se retiren en breve, una vez que se cumplan todos los requisitos, el precinto cautelar es independiente del proceso sancionador, que puede concluir con una sanción económica, según aclaró la citada portavoz.

Es la segunda vez este verano que se adopta una medida de este tipo contra el establecimiento ubicado en la confluencia de las carreteras de Sant Josep y sa Caleta. El 2 de julio, agentes de la Policía Local de Sant Josep precintaron el equipo de música que se iba a utilizar en la fiesta ´Luciano&Friends´, que tuvo que ser cancelada. En esa ocasión la orden de precinto también se adoptó tras las denuncias de los vecinos a causa del ruido excesivo y teniendo en cuenta que ya existía una denuncia de principios de junio por otra ruidosa sesión, en la cual los agentes de la Policía Local no pudieron efectuar la sonometría ya que se les impidió el acceso al recinto.

Desde que se remodeló y reabrió el establecimiento, propiedad ahora de la discoteca Amnesia, las protestas de los vecinos por el excesivo volumen de la música y por los colapsos de tráfico han sido muy frecuentes. El pasado verano ya se produjeron varias intervenciones de la Policía Local y la Guardia Civil por estos motivos, aunque la propiedad ha negado siempre haber causado molestias.