Pilar Marí dejó ayer de ser la alcaldesa de Vila. Ahora se abre un plazo máximo de diez días hábiles (el 11 de agosto es la fecha tope) para que Virginia Marí, que ocupaba el puesto número 14 en la lista electoral del PP, se convierta en la tercera alcaldesa de este mandato. En un pleno extraordinario de urgencia, Pilar Marí y los concejales Juan Mayans, Alejandro Marí y Rai Prats dieron cuenta de su dimisión. El PP ha forzado su renuncia después del acto de rebeldía que estos protagonizaron la semana pasada al plantear públicamente dar marcha atrás a que Rai Prats fuera el alcaldable, cuando así lo había decidido la dirección del partido y este ya había aceptado, y mantener en el puesto a Marí.

La ya exalcaldesa deja el Ayuntamiento tras un pleno muy tenso, que se convirtió en un ajuste de cuentas entre ella y su antecesora, Marienna Sánchez-Jáuregui, la número uno de la lista del PP. Marí arremetió contra Jáuregui, a la que acusó de haber seguido en el Consistorio, en lugar de dejar el acta de concejala como le pidió en su día el partido, para «forjar esta venganza».

Sánchez-Jáuregui, que esperaba desde hace tiempo este momento, no se quedó corta y tachó a Marí de «usurpadora», de ser «desmesuradamente ambiciosa», «conspiradora» y, por si fuera poco, de «inepta». De hecho, le recriminó que no hubiera hecho nada durante los dos años que estuvo al frente de la concejalía de Educación y Formación («su gestión no deja ni olor ni sabor; nadie lo podrá recordar») ni tampoco como alcaldesa.

«Presión inasumible»

Tras el pleno, Pilar Marí aseguró en declaraciones a los medios de comunicación que no se siente liberada tras dejar la alcaldía. «He hecho lo que tenía que hacer por responsabilidad, porque pensamos que la situación había llegado a unos límites...», dijo, al tiempo que recalcó, como había hecho antes en el debate cuerpo a cuerpo con su predecesora, que el escándalo de los whatsapp no es motivo suficiente para renunciar. «Dimito y dejo el acta de concejala para que se pueda seguir trabajando en el Ayuntamiento, no por otra cosa», subrayó. Ahora bien, acto seguido sí reconoció que la presión de los mensajes de móvil era «inasumible» y que esta no le permitía seguir. «Lo que sí afecta a los ciudadanos es que se publiquen cosas que no se tendrían que publicar [los whatsapps], que son conversaciones privadas de hace más de un año, manipuladas y probablemente fuera de lugar. Hasta que se hubiera aclarado todo esto, el daño que se haría al PP, a la institución y a nuestras personas es inasumible. Por eso dimitimos, por responsabilidad», dijo.

Durante el pleno también reconoció que, hasta que «se pueda demostrar si son ciertos o no», tenía «la amenaza», en el caso de que hubiera seguido como alcaldesa, de que se publicaran más whatsapps. Marí adelantó que probablemente llevará este tema al juzgado porque entiende que su publicación en el Periódico de Ibiza y Formentera puede ser constitutivo de un delito de revelación de secretos, porque, según ella, los miembros del grupo interno de esta red social no autorizaron su publicación. «Hay que ver cómo se obtuvieron, pero está claro que fue de forma ilícita o poco ética», subrayó.

La exalcaldesa reconoció que está barajando la posibilidad de darse de baja de su partido. «Siempre he sido del PP, pero es algo que tengo que pensar», dijo. Tampoco quiso ahondar más en esta cuestión al ser preguntada sobre si estaba herida por la decisión de su partido de forzar su renuncia por las maniobras de sus tres compañeros dimisionarios (con el consentimiento de ella misma, se entiende) para dar atrás a su «dimisión irrevocable» anunciada unos días antes: «No. De momento estoy en stand by», se limitó a responder.

Sobre las duras críticas del presidente Vicent Serra, quien dijo que era «impensable que personas mayores y formadas pudieran hacer tanto daño a los ciudadanos», Pilar Marí dijo: «No tendría que hablar mal de personas de su partido. Creo que no procede, no había necesidad y no está bien. Estas cosas se hablan internamente».