Unas 30 personas, entre el equipo docente y familiares de los alumnos, participaron ayer en una cacerolada delante del colegio de Cas Serres. Durante 10 minutos se prolongó la protesta, que despertó la curiosidad de los viandantes, según los convocantes. No es el único centro que ayer salió a la calle para protestar por la política educativa del Ejecutivo autónomo. Como cada miércoles, la Coordinadora de Professorat Preocupat convocó en el Instituto Sa Blanca Dona una cacerolada para manifestar, con los asistentes vestidos de negro, su rechazo a los recortes.