La temperatura del proceso congresual de la Federación Socialista de Ibiza (FSE-PSOE) se disparó ayer de repente, el mismo día en que el precandidato a la secretaría general de la Federación Socialista de Ibiza (FSE-PSOE) en representación de la corriente oficialista que se autodenomina renovadora, Vicent Torres, se presentaba ante los militantes del partido en un acto multitudinario. Su oponente, el precandidato del sector de los críticos, Pedro Campillo, remitió a los medios un comunicado en el que denunciaba el trato discriminatorio de la dirección del partido por el nuevo contrato laboral de Carlos Salinas, secretario general del PSOE de Santa Eulària.

Campillo reprobó «el tratamiento laboral y salarial» que se está dando a Salinas, que tiene un contrato de auxiliar administrativo en el partido, en el que desempeña esta función desde 1989. El candidato de los críticos explica que Salinas dejó su puesto en la sede del PSOE (en excedencia) para ocupar la pasada legislatura el cargo de gerente de la empresa pública del Consell Fecoef y que, tras reincorporarse a su anterior trabajo en el partido, «no se le restituyeron los derechos laborales y salariales que tenía previamente». «Así, su salario no solo no se ha actualizado con respecto al IPC, sino que incluso se ha visto reducido a la mitad, sin reconocerle siquiera la antigüedad que tenía [en su nómina consta el 4 de octubre de 2011]», apunta.

Carlos Salinas, que ahora percibe unos 700 euros mensuales del PSOE, rehusó ayer hacer comentario alguno respecto a su situación laboral. «No diré nada porque es una cuestión interna», señaló Salinas, que luego agregó con ironía lo siguiente: «Lo llevo internamente, como las hemorroides». «Yo sé lo que tengo que hacer, hasta dónde tengo que llegar, pero no haré declaraciones, lo siento», zanjó. Fuentes del partido apuntan que Salinas podría denunciar su caso en el juzgado. Salinas remitió una carta a los miembros de la ejecutiva del partido en la que les exponía el cambio de su situación laboral con respecto a la que tenía antes de aceptar el cago de gerente de la empresa que gestiona el Recinto Ferial.

El secretario de Organización de la FSE, Julián Aguilar, asegura que las acusaciones del grupo crítico son «absolutamente falsas» y tacha de «lamentable» la actitud del sector que encabeza Campillo. «No airearé públicamente las relaciones laborales de cualquier persona con el partido. La relación laboral de todos los empleados del partido es conforme a la legislación, lo que les toca», subraya.

Aguilar explica que, a raíz del escrito remitido por Salinas, la ejecutiva abordó esta cuestión y resolvió que «todo estaba correcto».

Discriminación ideológica

Campillo atribuye, en cambio, el trato «injusto, arbitrario y abusivo» de la secretaría de Organización al hecho de que Salinas haya mantenido «desde hace tiempo posiciones críticas con respecto al llamado sector oficialista». «Es fácil deducir que se trata de una discriminación de carácter ideológico, ya que no afecta a otros asalariados del partido», apunta Campillo en el comunicado, al tiempo que recuerda que el caso de Salinas es «muy similar» al de otros que afectan al PP y que «muy recientemente el PSOE ha criticado». Se refiere a la destitución de María Ángeles Leciñena como jefa del servicio de Urgencias de Can Misses. «Es terriblemente incongruente», dice.

Campillo exige «una inmediata restitución de los derechos laborales y salariales de Salinas» y se compromete a hacerlo él mismo si sale elegido secretario general de la FSE-PSOE el 10 de marzo.

Por su parte, Aguilar advierte de que en campaña congresual «no vale todo». «Tenemos que hablar de ideas y dejar de hacer difamaciones y acusaciones falsas. No entraré a discutir cosas que son falsas ni me pondré a su nivel [del grupo de Campillo]», indicó, para agregar acto seguido: «Ya estamos empezando a entrar en barrena en la parte más sucia de un congreso. Es muy lamentable y patético. No se puede permitir. Invito a todas las corrientes ideológicas a que no caigan en estas cuestiones. Espero que Pedro se dé cuenta de este error y mañana no hable más», señaló. La ejecutiva analizará las acusaciones de Campillo, aunque Aguilar rehusó hacer comentario sobre las posibles repercusiones.