Prácticamente el 100 por 100 de los yates recreativos que pasan por las Pitiusas durante los meses de verano lanzan sus aguas residuales al mar y prescinden de usar los depósitos e instalaciones para la recogida de esta materia que en algunos casos €no todos€ tienen los puertos de las islas. Esta situación es la responsable del progresivo deterioro que sufren las praderas de posidonia de Ibiza y Formentera, que cada vez han de soportar un mayor tráfico de barcos y, por consiguiente, una cantidad más grande de residuos.

En las Pitiusas existen actualmente diez puertos donde amarre un número importante de barcos: seis puertos deportivos, tres puertos de tráfico regular y dos clubes náuticos. Todos ellos suman más de 3.000 amarres. Teniendo en cuenta que cada uno de sus puntos de atraque alberga un promedio de veinte barcos al año €aunque las cifras dadas por los puertos varían mucho€, el total de yates que navegarían anualmente por las Pitiusas se elevaría a 60.000.

A pesar de esta enorme cantidad, solo unos 300 yates han solicitado este año descargar sus aguas residuales en los depósitos que existen al efecto en los puertos deportivos de Ibiza y Formentera. El resto, según admiten los directores de los puertos deportivos, se lanzan al mar.

Ello es consecuencia de dos circunstancias: por una parte, la inexistencia de instalaciones adecuadas en algunos de los puertos deportivos de la isla y, por otra, la posibilidad legal de lanzar las aguas sucias al mar, siempre y cuando eso se haga a más de 12 millas de la costa y navegando a más de 4 nudos de velocidad.

Casi nadie usa los depósitos

Tal vez esta facilidad para desprenderse de este material en el mar es lo que estimula la falta de concienciación de los patrones de embarcaciones. La directora del Marina Botafoch, Cristina Marí, afirma que «no más de 12» barcos al año se interesan por descargar sus aguas grises en un depósito homologado. El puerto tiene 428 amarres, que suelen ocuparse cada año por cuatro barcos diferentes, como promedio, afirma Marí. A pesar de ese enorme tráfico, Marina Botafoc no cuenta siquiera con ese tipo de depósitos, ni para aguas grises, ni para aguas de sentina, que consisten en aceites e hidrocarburos mezclados con agua de mar. Marí afirma que cuando algún cliente pide este servicio «se les pone en contacto con las empresas especializadas» que tiene contratadas este puerto, las cuales desplazan un depósito móvil para retirar el material. En todo caso, «lo solicita muy poca gente, no más de doce al año», reiteró.

Tampoco tiene contenedores ni depósitos para los residuos de los barcos el puerto deportivo Formentera Mar, que dispone de 90 amarres. Aunque recoge los residuos oleosos, baterías, plásticos y otros materiales contaminados, carece de depósitos propios para el agua de sentina y para las aguas grises. «No estamos obligados a tenerlo», afirma su director, Fernando Gayá, que alega que su puerto es una concesión anterior a la ley que obliga a tener estos sistemas de recogida. Los usuarios «no nos lo piden nunca», afirma Gayá, quien recuerda que «la propia ley permite tirar las aguas grises a más de 12 millas de la costa». Por cada uno de sus amarres pasan al año «unos cuarenta barcos», dice Gayá.

En el caso del puerto de Sant Antoni, que depende del Govern y que tiene 245 amarres, un portavoz de la conselleria indicó que tienen un convenio con el vecino Club Nàutic de Sant Antoni por el cual esta entidad se ocupa de la gestión de los residuos. El Club Náutico, por su parte, explicó que sumando sus 574 amarres y los 245 del puerto de Sant Antoni, en el presente año solo ha habido 12 servicios de descarga de aguas residuales y dos de aguas de sentina, cantidades ínfimas para una instalación que se ocupa de todas las embarcaciones de la bahía de Portmany.

No mucho mejores son las cifras del puerto deportivo de Santa Eulària, el más grande de las Pitiusas en número de amarres, con 755. Su director, Manuel Alvite, admite que solo han empezado a utilizar contenedores de aguas grises y de aguas de sentina desde este mes de julio. «No empezamos antes porque no teníamos ninguna solicitud», asegura. Los dos depósitos móviles adquiridos este verano están aún nuevos: el de aguas grises ni se ha utilizado porque nadie lo ha pedido aún, mientras que el de aguas de sentina ha recibido un solo servicio, lo justo para estrenarse. El servicio, recuerda Alvite, es gratuito. Sí se recogen importantes cantidades de todo tipo de residuos en la zona del varadero, donde se repara una gran cantidad de barcos y hay recipientes para cada material.

El Club Náutico Ibiza gestiona 340 amarres y su director, Mariano Arabí, admite que carecen de depósitos para aguas grises. Su retirada se produce cuando el cliente lo pide y se avisa a la empresa especializada correspondiente. Sin embargo, en todo un año solo se recibe una petición así en «cuatro o cinco ocasiones». El tercer Club Náutico de la isla, el de Santa Eulària, apenas tiene amarres de una eslora apreciable.

La excepción

Marina Ibiza y Marina Formentera, en cambio, cuentan con todas las instalaciones en el propio puerto para recoger todo el catálogo de residuos que puede generarse a bordo. El director de Marina Formentera, Juan José Costa, declara un tasa de uso de los depósitos de aguas de sentina y negras muy superior a los demás puertos: casi tres servicios diarios para aguas fecales y de sentina, durante la temporada de verano. Es la excepción a la regla. Costa lo justifica por el hecho de que, dada la gran concentración de yates que se produce en verano en Formentera, usan los depósitos de esta isla incluso barcos con amarre en Ibiza, «porque están más cerca de aquí». Daniel Marí, de Marina Ibiza, afirma que desde junio ha habido una quincena de servicios de descarga de ambos residuos en su puerto, que tiene unos 400 amarres.

En el caso de Ibiza Magna, en los andenes del puerto, con 100 amarres, sus responsables solo recuerdan el caso de un barco que este año «se interesara por el tema», pero no llegó a usar sus servicios, pese a que por cada amarre pasan una treintena de buques al año.

Todos los responsables de los puertos consultados admiten que el volumen de uso de sus instalaciones, cuando las tienen, es muy bajo y que solo los patrones más concienciados solicitan utilizarlas. Pero esa sensibilización, a tenor de las cifras proporcionadas, tiende a brillar por su ausencia entre los propietarios de los yates que navegan en las Pitiusas.

Las claves

VARIEDAD

Aguas grises, aguas de sentina y residuos sólidos

Los principales residuos que generan los barcos son las aguas fecales (también llamadas grises o negras), las de sentina (aceite o petróleo mezclado con agua de mar) y los residuos sólidos domésticos (envases, plásticos, restos de víveres...).

LEGISLACIÓN

La ley permite lanzar las aguas negras a 12 millas de la costa

La normativa vigente permite que un barco pueda tirar sus aguas fecales al mar, sin ninguna depuración, siempre y cuando esté a más de 12 millas y navegue a más de 4 nudos.