Adolf Hitler definió a los 50.000 voluntarios de la División Azul que lucharon en la Unión Soviética al costado de la Wehrmacht como «un puñado de guarros» y perezosos, aunque el führer admitía que «no se puede imaginar fulanos más intrépidos». En la estepa congelada, «se burlan de la muerte, apenas se cubren» y eran, a juicio del líder nazi, «extraordinariamente valientes, duros contra las privaciones», aunque «terriblemente indisciplinados».

Sobre esos españoles corajudos que pelearon voluntariamente codo con codo junto a las aguerridas tropas alemanas en el cerco a Leningrado, trató el miércoles la presentación en el Club Diario de Ibiza del último libro de Juan Negreira Parets (Palma, 1957), ´Los divisionarios. Soldados baleares en la División Azul´, transcripción de documentos que se hallaban en la Capitanía balear referentes a esa fuerza enviada por el dictador Francisco Franco tanto para intentar evitar que Alemania invadiera España como para que el país, recién salido de la Guerra Civil, no se metiera de lleno en ese conflicto. También pudo ser una manera de «eliminar elementos radicales de Falange», advirtió José Ramón Soler, investigador y uno de los dos presentadores que precedieron a la breve intervención de Negreira.

«Son necesarios estudios sin complejos ni ideas preconcebidas como este», señaló Soler, que recordó otra de las obras fundamentales del autor, ´Voluntarios baleares en la División Azul´, aparecida hace dos décadas y que destacó por su objetividad y por tratar este tema sin prejuicios, desnudo de ideologías. «´Los divisionarios´ es un libro que presenta las cosas como eran, no es una visión particular», subrayó Soler, autor de ´Missatges Secrets´ y experto en criptografía.

De este nuevo y cuarto volumen de la serie ´Fuentes documentales de la Guerra Civil´, de la editorial Lleonard Muntaner, Soler comentó un importante detalle relacionado con Ibiza: un telegrama fechado el 3 de julio de 1941 en el que se daba conocimiento al gobernador militar de la isla de una circular del coronel jefe del Estado Mayor en la que se advertía de que ante la «situación especial de este territorio» no se consentía «efectuar reclutamiento de jefes, oficiales, suboficiales y tropa para la División Expedicionaria a Rusia». Además se instaba a «retirar los carteles de enganche». Eso ocurrió tres días después de que 181 marroquíes del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Tetuán nº1 Cuarto Tabor, establecido en el Castillo, se presentaran voluntarios para participar en la División Española de Voluntarios. A todos ellos y a 25 españoles del mismo Tabor se les denegó el permiso.