A Víctor Balcells Matas (1985) le da un poco de vergüenza posar para la foto. «Esto es la vida real», afirma el escritor catalán cuando se le recuerda que la noche anterior actuó ante más de 50 personas sin asomo de pudor. Hoy a las cinco de la tarde en la librería Hipérbole presenta ´Yo mataré monstruos por ti´, un libro de relatos escrito en el tiempo libre que le dejan sus estudios de Comunicación Audiovisual y Humanidades en Salamanca y su trabajo como periodista —«becario», apunta— en La Vanguardia.

—¿Qué es ´Yo mataré monstruos por ti?

—Es un libro de relatos, 27, la mayor parte de risa. A mí me parece que hacen reír aunque hablan de cosas tristes que me ocurrieron a mí en la vida, pero que he transformado. Se titula así porque todos tienen una parte monstruosa, muestran la parte más oscura del ser humano, una parte oscura que al fin y al cabo es de risa. Es lo que hace falta, ponerle sentido del humor a las desgracias ajenas y propias.

—¿El humor resta seriedad a la literatura?

—Sí, y la seriedad también da sentido del humor. Kafka, por ejemplo, escribe cosas aparentemente serias, y yo siempre me he reído leyéndole. La tragicomedia. No saber si reír o llorar. Es lo que más me gusta de la literatura.

—¿Quiénes son los monstruos?

—Recuerdo que de pequeño me daban miedo las flores. Las flores, en principio, son bonitas pero si me dan miedo significa que también pueden tener una parte monstruosa. Todo tiene un reverso oscuro. Esos serían los monstruos.

—Es el primer libro de narrativa de la editorial. ¿Ha tenido que rogarle mucho al editor?

—Al contrario. Él me lo ha pedido. No me gusta pedir ni rogar nada. Soy una persona que está quieta. No hago nada por mí ni por mi literatura. No soy la clase de escritor que va como un loco por las editoriales pidiendo que le publiquen. Creo que las cosas tienen que salir naturales. No hay nada del escritor enviando manuscritos y siendo rechazado.

—¿No sabe lo que es eso?

—De momento, no lo sé. Pero sé lo que es perder concursos porque casi siempre pierdo los concursos literarios a los que me presento. La derrota de una carta diciendo que no les interesa no la conozco porque no lo he intentado.

—¿Para ganar concursos hay que escribir de una manera determinada?

—Hay concursos serios pero inaccesibles para escritores que no han publicado nunca. Y hay concursos de pueblo en los que la gente del jurado quizás no sepa tanto de literatura, así que conviene escribir de una manera más cercana, fácil, comercial. Tengo un amigo en Barcelona que ha ganado como 400 concursos y que me dice que cuando escribe para un conscurso no lo hace como él lo haría en realidad, sino para ganar.

—¿Qué pintan los relatos en un momento en el que priman los bestsellers de 800 páginas?

—En otros países los relatos cortos están bastante de moda porque lo que hace la gente es leer en el metro. No tiene mucho tiempo para sentarse y estar leyendo. Aquí creo que debería lanzarse. Con el tiempo, creo que se leerán más que los bestsellers. Al fin y al cabo lees un relato en tres minutos y lo puedes dejar y luego leer otro.

—¿Es la literatura para las prisas del siglo XXI?

—Sí, el relato está hecho para las prisas, pero no escrito con prisa.

—¿Sigue ahora con los relatos?

—He escrito otro libro de relatos que se titula ´No volveré a ser joven´ y una novela, ´Hijos apócrifos´, un poco más ambiciosa. Esta vez sí que me arriesgaré a que me rechacen las editoriales. Llevo tres años escribiéndola y es lo más importante que estoy haciendo ahora.