Ya sé que es como invocar a Satanás con una ouija, pero creo que, vista la pasividad (cuando no complicidad) de otras instituciones, a Ibiza sólo la puede salvar Hacienda. La Agencia Tributaria se atreve con todo y no se casa con nadie. Y eso es lo que nos hace falta. Es la que, por fin, ha decidido controlar el alquiler turístico, tantas veces fuera de la ley, la que ha puesto en listas negras a empresas de la isla que podrían estar blanqueando dinero de actividades delictivas y la que ha entrado con Policía y Guardia Civil hasta las entrañas de varias discotecas de la isla.

Algunas llevan muchos años saltándose las normativas del Ayuntamiento de Sant Antoni, haciendo caso omiso a órdenes de cierre y avisos por contaminación acústica y sobre ellas se han ido sumando sospechas muy graves a lo largo de décadas de vil impunidad.

Yo que, por mi profesión, he visto a muchos y buenos policías y guardias civiles largarse de Ibiza porque no les dejaban investigar el tráfico de drogas hasta dónde llegara, hoy he encontrado en Hacienda a un aliado. Quién lo iba a decir. Ellos, esos policías que tuvieron que irse, ya lo sabían: sólo agentes de fuera de la isla pueden intervenir, y eso es lo que suele pasar en los lugares en los que la delincuencia ha derivado en mafia, lo que significa que puede alcanzar hasta los estamentos políticos y judiciales.

Lugares en los que impera la ley del silencio. Han tenido que venir agentes de fuera, la Unidad Central Operativa (UCO), concretamente, implicar a la maquinaria de Hacienda y no contar con la Guardia Civil pitiusa para entrar en Amnesia. Preguntaos por qué. Bienvenidos sean.

Al Capone, que vaya usted a saber a cuántas personas ordenó matar, cayó finalmente por evasión de impuestos. Los chicos de Elliot Ness revisaron papeles y encontraron recibos que relacionaban al ´rey del hampa´ de Chicago con el juego ilegal, ingresos por los que no había pagado impuestos. Y así acabó en la cárcel. Esta claro que lo ideal hubiera sido que Capone acabara en Alcatraz con condenas por asesinato, pero a veces hay que aplicar estrategias alternativas.

Y está claro también que todos preferiríamos que quienes contribuyen a que la isla de Ibiza vaya de cabeza al infierno cayeran por los delitos más graves que puedan haber cometido, con todo el equipo, con todas las consecuencias y con titulares a cinco columnas, pero si tiene que ser por delitos contra la Hacienda Pública, que así sea. A mí me vale.

Ahora le propongo a Hacienda que ponga el Ojo de Sauron sobre otro tema importante, porque también ella es la única que, al parecer, puede acabar con un problema que a muchos ibicencos nos preocupa tanto como lo anteriormente dicho. Y hablo de la pesca ilegal que aún hoy sigue proporcionando meros, cabrachos (anfosos y roges) y otras especies valiosas por su interés comercial a restaurantes sin escrúpulos.

Un buen día, unos buceadores franceses me hicieron pensar en lo fáciles que a veces resultan las cosas si hay intención de solucionar problemas. Ellos me explicaron que el furtivismo esquilmó también algunas zonas de la costa francesa hasta que Hacienda se decidió a intervenir y se dedicó a visitar restaurantes con regularidad.

Es decir, así en resumen, si los inspectores de la Agencia Tributaria se dedican a pedir papeles a los restaurantes y resulta que han facturado treinta bullits de peix en un mes pero sólo pueden justificar la compra de cinco roges, ya los tienes pillados. Así, en resumen y simplificando.

Y si bien alguno me dirá que en el restaurante no tienen más que alegar que la documentación la tiene un gestor, y así tener tiempo para falsificar facturas, estoy segura de que los propietarios, aunque se salvaran una vez, acabarían por negarse a comprar a los pescadores furtivos. Hacienda impone e intimida y ahora resulta que eso es bueno.

Este artículo, en realidad, es casi una señal de socorro, la misma que brilla en el cielo nocturno de Gotham cuando necesitan a Batman. Agencia Tributaria, no nos dejes solos, ni contra los delincuentes de noche ni contra los de día...

Hacienda no es Batman, cierto, pero es real y nos puede valer para salvar de su destrucción esta Gotham degradada. Dios salve a la Agencia tributaria. Y a la UCO de la Guardia Civil, que es quien la ha llevado hasta Amnesia. Ahora, por favor, ¿podéis seguir? Queda mucho trabajo por hacer.