Esta pregunta me hago cuando he leído las noticias del viaje del coro a Zaragoza.Desde el año 2000, siendo alcalde el socialista Xico Tarrés y concejala de Cultura la también socialista Lurdes Costa, el Coro Ciudad de Eivissa comenzó a hacer viajes por la Península pagados por el Ayuntamiento de Eivissa a cargo del presupuesto del Patronato Municipal de Música. Y desde entonces hasta ahora no ha parado de ir cada año a algún lugar de la Península e incluso del extranjero.

Teniendo en cuenta que el coro municipal, y por tanto público, es amateur, es decir que sus miembros no cobran ni pueden cobrar porque es voluntario por no ser profesionales, se les paga en especie, haciendo viajes a costa de nuestros impuestos. No es la primera vez que cantan en una iglesia, cosa que me parece muy bien si no hay otro lugar mejor para hacer la labor coral. Pero el año pasado fueron con el obispo de Ibiza a Roma a cantar delante de cardenales y arzobispos en la basílica de Santa María la Mayor (recordemos que es la patrona de Ibiza y Formentera), y ahora han ido a Zaragoza a cantar y rendir homenaje al arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, que fue obispo de Ibiza.

Pero no es solo ese el aire que reina, desde hace años, en el Patronato Municipal de Música, y por tanto público, sino que el año pasado se hizo público por Facebook (hay fotografías) que el Coro Ciudad de Eivissa actuó en la discoteca Ushuaïa con su vestuario reglamentario durante una de las sesiones discotequeras de fiesta nocturna, sin que nadie haya pedido explicaciones y no hayan rodado cabezas, y sin saber si recibieron gratificación económica por ello.

No puedo entender cómo gobernantes y políticos de todos los colores han permitido y siguen permitiendo el uso y actuación del coro municipal público en este tipo de actuaciones sin que nadie ponga pega alguna, cuando se debería velar por la aconfensionalidad y el buen uso de nuestros servicios culturales en todos y cada unos de los actos donde participan.

También me pregunto por qué se han de pagar viajes a nuestro coro municipal amateur y voluntario, por tanto público, sin ánimo de lucro, cuando nos cuesta un dineral su mantenimiento por los gastos del director, jefes de cuerda, clases de técnica vocal, seminarios vocales con especialistas contratados de diversos lugares de España, vestuario, etc., etc., por cinco actuaciones al año. ¿Quién ha autorizado, en esta ocasión, ir a Zaragoza a nuestro coro municipal, y por tanto público, pagado con el dinero de nuestros impuestos, a rendir homenaje al arzobispo de aquella ciudad e ir de una iglesia a otra a cantar misas? La única responsable que puede autorizar un viaje y una actuación así es nuestra alcaldesa y presidenta del Patronato Municipal de Música.

El descontrol que hay en el Patronato Municipal de Música, que nos cuesta decenas de miles de euros a los contribuyentes, llega a extremos insuperables. Y no pasa absolutamente nada. Amén.