Que hablen de mí aunque sea bien. Pablo Iglesias saltó a la fama participando en debates televisivos de medianoche, donde su verbo rico y apasionado sintonizaba con el estado de cabreo en que vivían y viven los hogares españoles. «Ese dice lo que pensamos, lo dice bien y deja para el arrastre a los propagandistas del régimen», se comentaba en los sofás nocturnos.

El régimen es el sistema de partidos que se alternan en el poder y se reparten los cargos y los presupuestos, o sea, todos menos los chicos estos de Podemos, que trazaron una línea clara: la casta y ellos. Y como la buena gente no se siente parte de la casta, decide que está con ellos. Todo eso bien meditado por unos buenos profesionales de la politología, porque Iglesias no ha estudiado para misionero ni para asistente social, sino que ha cursado Ciencias Políticas.

Politólogo metido a político: llega el tiempo de elevar al primer plano a los profesionales formados académicamente en el arte de pulsar los resortes de la opinión pública. Todos los partidos tienen los suyos, pero entre bastidores, y los líderes les hacen caso o no.

Iglesias se hizo un nombre en el fragor de las tertulias de medianoche, pelea de patio de vecinos con ínfulas de verdadero debate político, y hoy amenaza la segunda posición del PSOE. Y el PSOE se ha asustado y ha aplicado toda su inteligencia a preparar un sagaz contraataque: hay que salir en los programas de insultos y griterío, pero ya puestos, que sea en los que tienen más audiencia. ¿Quién se lleva el gato al agua en ese terreno? No cabe duda: el incomparable e inclasificable ´Sálvame´ de Telecinco. Así que la otra tarde andaba Jorge Javier Vázquez contando a la audiencia que dejaría de votar al PSOE por lo del Toro de la Vega, y el nuevo líder socialista va y le llama. No le oímos. Se ve al presentador hablando por el móvil. Al final dice que el socialista le ha dicho que él no va a los toros. Qué más da: la noticia es que Sánchez ha llamado a ´Sálvame´. Y el debate no es lo que haya dicho sino el hecho de haber llamado a tan peculiar contenedor de famoseo, concursos, falsa bilis, moños agarrados y muchísimo teatro. Un espacio televisivo para dar vacaciones a las neuronas.

Qué hace un político como tú en un sitio como este. Para recuperar un chiste de Morán, la relación entre los debates de Pablo Iglesias y la llamada de Sánchez a ´Sálvame´ es la que separa el melón con jamón de la sandía con chóped. Que alguien le regale una brújula.