A diferencia de otras comunidades, Valencia es una región que compagina bien con Ibiza, es armonizable y ofrece lo que ahora se llama posibilidades de sinergias muy aprovechables. La última experiencia sale publicada en Las Provincias a toda página: «Valencia e Ibiza se alían para atraer a más turistas con ofertas conjuntas. Empresarios del alojamiento de la Comunidad Valenciana y la isla balear crean paquetes de cinco días o más para visitar ambos territorios» (LP, 09.04.14).

Ya hace varios años que algunas compañías navieras ofrecen escapadas y las anuncian -de una forma para mí particularmente irritante- con la insufrible música del obsesivo chunda-chunda en algunas cadenas de televisión dirigidas al sector más descerebrado de la juventud. Buenos son los clientes, cuando llegan, dirán algunos. Pues no, ya saben que llevo al menos 30 años avisando de que Ibiza no puede convertirse en el basurero europeo ni en la ruta del bakalao que los valencianos consiguieron neutralizar y exportar a las Pitiusas. Y si puede no debe.

Comprendo que los traficantes del pastillaje y de la coca estén encantados con Ibiza y Formentera, pero los pitiusos debiéramos ser más selectivos y presionar para que este sector lumpen intoxicado no se quede con el grueso de la tarta del verano.

No se va a acabar con las drogas de diseño ni con la coca. No soy tan iluso. Pero me parece que somos bastante incompetentes al permitir que los dos meses fuertes del verano queden en manos de esta chusma que viene a reventar la isla. También sé que las discotecas necesitan este magma cortocircuitado, que los hostales de baja categoría y muchos locales funcionan con este registro, pero seguramente es porque no hay otra cosa.

Las excursiones náuticas promocionan expresamente la ´fiesta de Ibiza´, lo mismo que estos empresarios que añaden Ibiza como nota lúdica para unas noches de pasotismo. Es como una visita al red district, al Bronx o al prostíbulo más grande de Europa, que no es el Pascha (sic) de Alemania ni el de la Jonquera, es Ibiza, obviamente. Y esto seguirá siendo así, no se preocupen. No solo nos han robado la isla, sino los dos meses más rentables, julio y agosto.

Me interesa más recomendar Valencia como ciudad confortable y accesible para estudiar, para vivir y con la que colaborar y donde no existen las puñetas catalanistas del idioma. Se puede hablar indistintamente en valenciano o en español y nadie se sorprende ni te interpela. Me interesa más la Valencia de las bibliotecas, de los grandes museos, de las tiendas, de los toros, del fútbol de élite, de las muchachas bonitas y del clima que es casi como el de Ibiza, pero con menos humedad. Es una ciudad con problemas, como todas, pero los encara con imaginación y buen humor. Y además es una ciudad con la que Ibiza ha de hacer negocios. Solo les pido que no nos manden solo borrachos, drogados y niñatos gritones: piensen en Ibiza como una isla sagrada llena de cultura que complementa la de la Comunidad Valenciana.