Pensaba yo que Bauzá era un tipo serio y coherente y hete aquí que, a las primeras de cambio, ha resultado ser un veleta. Claro que confiar en un político a estas alturas solo se me ocurre a mí. Como les iba diciendo, creía yo que el presidente de este nuestro Govern era un hombre que odiaba las manifestaciones callejeras y para el que todo el que participaba en ellas era un pancartero o un perroflauta. Un hombre que ante protestas multitudinarias era capaz de soltar frases lapidarias del tipo ´la mayoría silenciosa se ha quedado en casa´. Pues bien, el presidente, cual Groucho Marx balear, ha cambiado lo que yo creía unos principios inmutables por otros ad hoc a raíz de la manifestación del sábado en Ibiza contra las prospecciones petrolíferas a la que él acudió como un mortal cualquiera. Al finalizar la marcha, un desmelenado Bauzá (ese día prescindió de la gomina) declaró: «Hoy queda claro que Balears dice no a las prospecciones». Y añadió: «Toda la sociedad balear ha dicho no». Está claro que no hay nadie en estas islas con dos dedos de frente que esté a favor de los sondeos, pero si después de las manifestaciones del sábado el presidente llegó a esta conclusión, ¿no debería haber llegado a la misma después de la megaconcentración contra el TIL que reunió en septiembre a muchas más personas?

Por lo visto, no. Este presidente veleidoso menospreció entonces a todos los que se manifestaron (cuatro gatos manipulados, debía pensar) por una sencilla razón: no estaban de acuerdo con él. Y lo sigue haciendo: «Si no les gusta el TIL -ha dicho esta semana- que se presenten a las elecciones». ¡Toma diálogo! La manifestación del sábado, en cambio, le pareció incontestable porque está de acuerdo con ella. Una nueva versión del clásico ´o conmigo o contra mí´. No sé en el mundo de Bauzá, pero en el de los mortales ese pensamiento tiene diversos calificativos: sectario, intolerante, intransigente. Jalear a quienes piensan como uno mismo y descalificar a quienes piensan lo contrario demuestra poca cintura democrática por parte de Bauzá. Y conste que, no me duelen prendas en reconocerlo, está asumiendo en este asunto de las prospecciones una postura firme en contra de los planes de Cairn Energy que ya me hubiera gustado escuchar la pasada legislatura al tibio Antich, que aún hoy tiene el cuajo de justificar el permiso que concedió a la compañía de hidrocarburos el ministro socialista de Industria, Miguel Sebastián. Ahora, para convencerme de que va en serio, solo falta que José Ramón Bauzá sea capaz de luchar, incluso con el voto contrario de los diputados de su partido en Balears si es necesario, contra los planes petroleadores del ministro Soria. De lo contrario, pensaré que es un presidente pancartero y perroflauta, que después de hacerse la foto en la mani y subirla a su Facebook como el tipo guay que es, se limita a esperar sentado a que lleguen noticias de Madrid.