La villa que ayer acogió esta fiesta clandestina se alquila a través de plataformas de internet como Airbnb, a un precio de 1.900 euros la noche y con una estancia mínima de cinco pernoctaciones. Además, los inquilinos deben depositar una fianza de 2.500 euros y abonar otros 250 por las labores de limpieza.

El conjunto cuenta con cinco dormitorios y entre cuatro y cinco cuartos de baño (según uno de los anuncios de internet, son «cuatro y medio»).

La villa también se publicita como lugar ideal para familias o grupos que quieran divertirse, pero una de las normas de la casa advierte que está «prohibido celebrar fiestas o eventos». Este chalet también cuenta con wifi, admite mascotas y ofrece desayuno.