Actualmente hay una veintena de personas que esperan acceder al Centro de Acogida Municipal(CAM), tantas como plazas tiene el albergue. De todos modos, son cuatro menos de las que había en lista de espera a finales de julio pasado y el concejal Joan Ribas lo explica por la cantidad de asentamientos de infraviviendas y caravanas que se han detectado en el entorno de Vila: «Mucha gente ha optado por ello», señala.

De todos modos, el responsable municipal de Bienestar Social señala que el albergue no sólo atiende a personas en situación de exclusión, sino también «a usuarios que salen de ese perfil pero requieren ese servicio». Es el caso de personas con trabajo que no ven otra opción que la del CAM «por la dificultad para encontrar una vivienda».

Otra «problemática» que espera solucionar «en breve» Ribas tiene que ver con el Ib-Salut, ya que el concejal asegura que éste deriva al CAM a pacientes en postoperatorio que no tienen familia en la isla. Vila atiende estos casos, hasta que pueden entrar en una residencia u otro recurso, «para no dejar a nadie en la calle». Incluso los aloja en hostales de la ciudad, aunque este verano también es complicado encontrar alguna habitación libre.