No faltaba nadie. 36 asistentes. Govern y toda la Administración, empresarios del sector, sindicatos y partidos de la oposición. Bueno, casi nadie. «Los culpables de la situación no estaban», lamentaba uno de los asistentes. «Tampoco iban a asistir si les convocan, claro». Es una de las quejas de Jesús Sánchez, representante de salas de fiesta y discotecas. Fue él quien «abrió la veda» en la reunión a las críticas a la conselleria de Turismo, cuenta otro de los asistentes, que lo describe durante el transcurso de la reunión «muy enfadado». Salió «decepcionado», y esto lo dice él mismo, que fue el primero en abandonar la sede de Turismo, donde ayer tenía lugar la reunión.

¿El motivo de su enfado? «Ha sido un brindis al sol. No he sacado nada en claro», relató Sánchez, quien durante la reunión encabezó a quienes cuestionaban el modelo turístico y achacaron la problemática a la inacción de la Administración. Porque no estuvo solo.

Otro de los asistentes sacó con su móvil un vídeo grabado por él mismo de felaciones en Magaluf, para tumbar la tesis de que se trata de «un hecho aislado».

Modelo turístico «clarísimo»

La conselleria, con su titular, Jaime Martínez, al frente; la Federación Hotelera de Mallorca (no asistieron representantes de las Pitiusas), representada por su gerente, Inma de Benito; y el Ayuntamiento de Palma, en boca de su teniente de alcalde, Álvaro Gijón, formaron un frente para defender que el modelo turístico «está clarísimo». No lo tenían tan claro el resto de asistentes, que cuestionaron el modelo durante las dos horas que duró la reunión.

Para Sánchez, ni las medidas adoptadas, ni cambios en la normativa solucionarán el problema. «La campaña informativa me parece bien, pero los que participan en estas prácticas leen poco», explicó con sarcasmo. También se mostró escéptico con la redacción de un código de buenas prácticas. «Si no cumplen con la normativa, ¿cómo van a cumplir con un código de buenas prácticas?», se preguntó. «No hace falta endurecer la normativa, basta con aplicarla. Hay que sacar tarjeta amarilla a los establecimientos que dan este tipo de oferta», explicó Sánchez, y lamentó tras la reunión que se les «atribuya los males», cuando, según detalló, «no son los establecimientos que cumplen la normativa y la legislación los responsables, sino aquellos que no la cumplen, que no notan el aliento de la administración detrás y, al final, se envalentonan».