El doctor y catedrático en egiptología de la Universidad de Tübingen (Alemania), Farouk Gomaà nacido en Tanta, al norte de Egipto en 1936, falleció el pasado 1 de diciembre en el Hospital de Formentera tras una grave enfermedad, hidrocefalia, que le provocó una demencia progresiva y fulminante.

Afincado en esta isla desde los años setenta este profesor fue uno de los mayores expertos mundiales en la historia antigua de Egipto, su país natal. Su último trabajo fue dirigir una importante excavación arqueológica en Luxor, antigua Tebas, para buscar la tumba de Monthemhat, la tt34 para los especialistas, situada al lado del templo de Hatsetsupt, en el-Assasif, al oeste de esa ciudad, cerca del mítico Valle de los Reyes.

El propio ministro de Antigüedades egipcio, Jalid al-Anani, le dedicó unas palabras de condolencia y agradecimiento en la página oficial del ministerio reconociendo la gran labor que realizó este investigador a lo largo de sus años de carrera y docencia.

La tumba de Monthemhat, cuarto profeta de Amón y gobernador del Alto Egipto (670-648 a.C.) se convirtió casi en una obsesión para Gomaà que a pesar de la crisis política en su país, a raíz de la primavera árabe, siguió trabajando para encontrar el sarcófago. Sin embargo no logró concluir esa misión.

Farouk Gomaà, llevaba años investigando esa espectacular tumba, en la que este periódico pudo estar y documentar en 2009. Ese año el experto recurrió a la última tecnología, al servicio de la antigüedad, para analizar 17 momias y los restos de más de 100 individuos, junto con todo un equipo de especialistas en distintas materias: historiadores, arqueólogos, restauradores, conservadores, geofísicos, arquitectos, paleontólogos, radiólogos, ingenieros de minas, químicos, oficiales especializados y peones, a los que dirigía. Todo bajo la estricta lupa del Ministerio de Antigüedades egipcio, del que finalmente dependía.

Casa en Formentera

En Formentera, en su casa cerca de es Ca Marí, se dedicaba a escribir y documentar el ingente trabajo de campo de esa tumba a la que se dedicó en cuerpo y alma en los últimos años, para desentrañar los secretos de uno de los hombres más influentes de Egipto en esa época.

Gomaà era un erudito que llevaba su trabajo con humildad. De hecho no daba importancia a todo lo que sabía y en cambio apreciaba la evolución de sus alumnos y colaboradores directos, entre ellos Javier Martínez que fue asistente de la dirección de la citada excavación cuyo cometido fue copiar al detalle, los jeroglíficos de las cámaras y corredores subterráneos para luego documentarlos e interpretarlos.

Farouk se distinguió siempre por su discreción, a pesar de ser uno de los grandes expertos en la historia de Egipto. Comenzó su carrera muy joven e intervino en la recuperación y reubicación de templos egipcios cuando se construyó la famosa presa de Asuán, una megaconstrucción, diseñada en 1956, y construida entre los años 1959 y 1970 por los gobiernos egipcio y soviético, con el fin de terminar con las inundaciones que ocurrían en el territorio del bajo Nilo, como consecuencia del repentino aumento en el caudal del imponente río a cuyas orillas vive la mayoría de la población de ese país.

De allí viajó a Alemania y fue acogido por Universidad de Tübingen, dónde se doctoró. En los setenta decidió realizar un viaje de verano y fue a una agencia de viajes donde le recomendaron Formentera. Al llegar a la isla encontró una casa que adquirió y en los últimos años fue atendido por Najat Ben y su familia. Este, en una breve nota en su página de redes sociales quiso agradecer, en su nombre, el trato recibido por parte de todo el equipo del Hospital de Formentera, donde falleció.