«Por aquel entonces no existían las mochilas, solo los capazos». Con este sencillo argumento resume Armin Heinemann cómo han cambiado los veranos y la vida en Ibiza en los últimos 40 años. Lo hace mientras señala un cesto que forma parte de la escena teatral que es su taller ibicenco, en el que siguen trabajando el dueño de Paula´s y su inseparable socio, Stuart Rudnick. La mítica boutique de la calle de la Virgen supuso todo un icono estético entorno al cual se desarrolló un movimiento cultural, social y de ocio en la Ibiza de los 70 y de los 80. Emblema del hippismo, creador de un inconfundible estilo propio y precursor de la moda Adlib, a la que apoyó en sus inicios, Heinemann no se muestra nostálgico ni habla de aquella Ibiza de forma plañidera: «Quienes hacen eso, es que son viejos», sentencia.

«Nosotros no éramos turistas», explica mientras contempla una estival foto de Stuart en el Montesol con su Bultaco 250 y su amiga Carita. «Dejamos las vidas que llevábamos en nuestros países y vinimos aquí, pero no para pasar unas semanas y luego volver a casa. Dejamos el cine, la televisión, los libros, los discos… y nos vinimos a vivir a una casa sin luz ni agua. Teníamos la dificultad de buscarnos la vida en un entorno diferente, sin ayuda técnica, fuera de la civilización», señala en referencia a la numerosa colonia de extranjeros que se daba cita en la isla a principios de los 70. Cuarenta años después, Armin y Stuart continúan viviendo su sueño ibicenco. Nunca volvieron a Alemania y nunca han dejado de residir en Ibiza.

Aseguran que el ambiente del Montesol ya no es como era, pero tampoco ellos son los mismos ni tienen los mismos intereses. Siguen volcados en la moda, pero en sus caminos se cruzó hace ya un lustro la ópera y no han podido despegarse de ella. Nada que ver con aquellos bohemios que en el verano del 73 forraron su recién comprado Renault 4L con una de las telas estampadas características de Paula´s. «Todo era de flores en ese tiempo. También el techo y las paredes de la boutique estaban tapizados con tela de flores», apunta Stuart. Junto a aquel 4L se fotografiaron en Santa Gertrudis. En esa imagen Armin aparece de espaldas luciendo una larga melena. Con él estaba la que entonces era su novia, Helen Earle, y la hija de ésta, María. «Helen ya estaba embarazada cuando se conocieron. Armin y ella tuvieron a la niña solos, nació en casa de manera natural», explica Rudnick. Su compañero puntualiza: «Me compré todo el instrumental médico para la ocasión». Prueba de que el parto fue bien es que María «vive ahora en Barcelona y se ha casado con un catalán».

Aquel fue el segundo verano de Paula´s y la actividad era frenética. Los desfiles de moda que la firma organizaba en el puerto y el casco antiguo eran frecuentes y muy transgresores. Durante los primeros años la modelo alemana Mora Schröder, fue su musa y a sus pasarelas al aire libre asistían personajes como el falsificador Elmyr de Hory o Mariano Llobet, buen amigo de Armin y Stuart e incondicional de sus presentaciones. En las fotografías de aquellos veraniegos shows nocturnos la mayor parte de los espectadores aparece con prendas de manga larga. «En aquel tiempo no había tanta humedad ni hacía tanto calor como ahora. Además era la época de Franco y la gente no se ponía camisas de manga corta, ni tampoco pantalones por encima del tobillo», advierten.

Valeriana, Johnnis, Carita…

De aquellas pasarelas al aire libre se guardan entrañables imágenes como la del primer show en el puerto, para el que se trajeron dos camiones en cuyos containers se cambiaban las modelos, o la de Moritz, el hijo de Armin, subido a uno de los escenarios de Paula´s. Éstas y otras fotografías se reunieron en el libro conmemorativo editado en 1997 con motivo del 25 aniversario de Paula´s. En él aparece una instantánea del público esperando el inicio de uno de los desfiles y entre ellos está Valeriana Ruiz, quien trabajara durante años para Paula´s como modista. Armin y Stuart mantienen el contacto con muchas de las personas que fueron sus empleadas y también con las familias de éstas. «Valeriana es ibicenca y tiene tres hijas. Su marido era policía y ella vivía en la comandancia militar», recuerdan.

Armin, que había sido arquitecto en Alemania y que ha combinado su faceta de diseñador de moda con la de escenógrafo, encontró nuevas musas tras Mora. Una de ellas fue Johnnis, una oronda y desinhibida modelo negra, otra Carita, una rubia finlandesa que residió en la isla durante años. Ambas se colocaban a la entrada de la boutique, una a cada lado de la puerta, como impactante reclamo para los clientes.

Ellas y Heike, una amiga alemana «que tiene un hijo ibicenco y todavía vive en Ibiza», aparecen junto a Armin y Stuart en una imagen tomada en la balsa de una casa de campo. La estatua de un tigre que se sumerge con ellos en el agua decora ahora el balcón del taller de Paula´s. «No era una piscina, era una balsa para regar el jardín y en el fondo había arcilla, peces y ranas», explican mientras alaban las bondades del baladre que rodeaba aquel estanque. «Es una planta que existe en todo el mundo, se corta bien, con ella se pueden hacer collares, necesita poca agua y no les gusta a las cabras. Su olor me recuerda a los pasteles de los años 50», añade Rudnick.

Con cierta ironía señala un retrato suyo junto a Carita en una salida nocturna durante el verano de 1977. En la camiseta de Stuart se lee «Glory´s forever». La veterana discoteca de Can Bufí, que durante años fue uno de los ejes del ocio nocturno ibicenco, ya no existe.