­El Formentera sumó ayer en Sant Francesc tres puntos que saben a oro; un triunfo de aquellos que se recuerdan con cariño al final de temporada si se cumplen los objetivos. Kiko aprovechó un error de Varela, el único que tuvo en todo el encuentro, para anotar en la primera parte el gol que decantó el derbi ante el Ciudad de Ibiza, que no mereció salir derrotado de la pitiusa menor.

El City comenzó dominando y jugando en el campo contrario. El primer gran susto para los formenterenses llegó pronto, cuando en el minuto cinco un centro de Adrián Gallego se envenenó y estrelló en el larguero. Los locales no conseguían salir de su campo, con un Ibiza serio y con las ideas claras: estar juntos y cerrar todas las líneas de pase. Maikel trató sin éxito de dar lucidez a un juego que parecía descafeinado después de una exigente eliminatoria de Copa del Rey.

De hecho, los ibicencos intentaron superar a Contreras de la misma manera que lo hizo La Hoya Lorca: desde el centro del campo. La primera intentona la ejecutó Luis Lozano (min. 9), pero su disparo no exigió la intervención del guardameta andaluz, y Andrés volvió a probarlo sin fortuna en el minuto 24.

Sin embargo, la insistencia de los locales tuvo su recompensa cuatro minutos después. Pablo Varela no logró atrapar un centro de Liñán desde la izquierda y Kiko, que pasaba por allí, empujó el 1-0 a la red. El buen hacer de los ibicencos no sirvió para que el resultado fuera distinto cuando el colegiado anunció el fin del primer tiempo.

El segundo acto siguió con la misma tónica, pero con un Ibiza que fue subiendo revoluciones poco a poco. La formación de Ibon Begoña se encomendó a la intensidad para seguir con vida en el encuentro y tratar de sacar un resultado positivo. Lo mereció, pero acabó muriendo en la orilla.

Por su parte, los pupilos de Tito, que perdieron la lucidez de Maikel en la primera parte por lesión, ofrecieron una imagen parsimoniosa fruto del cansancio. La plantilla está sobrada de calidad, pero no de efectivos, lo que impidió que la maquinaria tuviera la misma afinación en todos los tramos del choque.

Tomillero saltó al campo y algunos de sus descargas eléctricas sobre el césped sirvieron para animar a sus compañeros. En el minuto 59, una chilena suya dentro del área estuvo cerca de superar a Contreras, pero se marchó a unos metros del palo izquierdo.

Cuatro minutos después, De Dios cazó un rechace fuera del área y su disparo se estrelló de nuevo en la madera. La segunda vez que un balón se topaba con el marco formenterense.

El juego se endureció y los minutos se le escaparon a los de Begoña. El colegiado comenzó a repartir cartulinas amarillas en los instantes finales para no tener que tomar decisiones complicadas. Se le fue de las manos el duelo al trencilla y cerca estuvo encender una mecha que hubiera desencadenado en acciones violentas. Al final, los azules no encontraron un premio que merecieron de sobra. Un regalo en forma de tres puntos que sí abrazan ya en Formentera.