Se acabaron diez años de ilusiones, alegrías, penas, victorias, derrotas, otro descenso anterior que finalmente no fue tal.... El Club Bàsquet Puig d´en Valls escribió ayer en Burgos, tierra de grandes literatos, sus últimas líneas en la élite, precisamente el año que cumplía una década jugando en una de las mejores competiciones de Europa. Muchas han sido las piedras que se ha encontrado en el camino el Palacio de Congresos, pero la más importante, la económica, es la que le ha llevado a perder la categoría. Se confeccionó un plantel corto de efectivos y falto de calidad, que ha dado con sus huesos en Liga Femenina 2. Ahora, el futuro es una incógnita y habrá que ver cuánto tardará el PDV en retornar a saborear la máxima competición.

Ayer, por enésima vez este curso, el grupo que dirige Miguel Ángel Ortega volvió a dar la cara. Plantó batalla al Jopisa Ciudad de Burgos, que tuvo que recurrir a su mejor jugadora, Ziomara Morrison y a la exPDV Lorena Infante, para ganar.

Empezó envalentonado el cinco ibicenco, consciente de la importancia del envite. El quinteto pitiuso mandó en el electrónico durante los primeros cinco minutos, aunque con rentas exiguas (4-7, m.3 tras triple de Denti). A partir de ahí empezó el festival de la pívot local Ziomara Morrison (pretendida el pasado verano por el PDV). Ella y Lucía Pablos endosaron a las visitantes un parcial de 7-0 que las situó por delante (11-7, m.5) y, a partir de ahí hasta el final del primer acto hubo paridad.

Los segundos diez minutos tuvieron acento estadounidense con Morrison, que aprovechó las dos faltas personales que llevaron a Denti al banquillo para sumar 15 puntos en la primera parte. En el bloque pitiuso Morales, que acabó estos dos primeros cuartos con nueve puntos, sostenía a las suyas, que veían cómo su rival apretaba en defensa y anotaba con mayor soltura que en la primera manga del choque. El quinteto de Ricardo González llegó a tener una máxima renta de 14 puntos guiados por Morrison y Lorena Infante (39-25, m.19), que se reduciría a tan solo nueve al descanso (39-30).

Rosa Pérez anotó desde detrás del arco de triple para abrir el tercer cuarto (39-33), pero acto seguido reaccionó Jopisa con un 8-0 -dos triples de Tanya Bröring- que volvía a poner la ventaja local por encima de la barrera psicológica de los diez puntos (47-33).

Denti se mantenía en cancha, a pesar de acumular tres faltas personales, puesto que veía aro con facilidad, pero la pívot catalana no era suficiente para devolver al partido al bloque insular (58-48).

Se acercaron las ibicencas a siete puntos en el arranque del cuarto decisivo después de una canasta de Barnert (62-55, m.33) en un último esfuerzo. Lejos de ponerse nerviosas, las burgalesas supieron jugar con la ansiedad de las pitiusas, que cerraron un ciclo de diez años. ¿Cuánto tardará en repetirse?

Lo mejor

El espíritu de lucha del equipo

El Palacio de Congresos demostró ayer su honradez deportiva y luchó durante prácticamente los 40 minutos de juego. Tan solo en los últimos compases del choque ante Burgos bajó los brazos, cuando el choque ya estaba prácticamente decidido. Esa ha sido la tónica esta temporada: mucha lucha, pero sin recompensa.

Lo peor

La falta de calidad en la plantilla

Si el plantel que entrena Miguel Ángel Ortega hubiera tenido varias jugadoras de calidad contrastada en Liga Femenina podría haber dado la cara. Ayer se volvió a ver que con tan solo el esfuerzo de Denti y de Morales es insuficiente para ganar partidos. Además, el juego interior de las santaeulalienses ha estado muy mermado por la falta de efectivos durante todo el año y los rivales se han aprovechado de ello.