En 2002, el Club Nàutic Sant Antoni tenía poco más que unos cursos de iniciación al kayak. El pasado sábado, cuatro de sus palistas se proclamaron campeones de España en distintas categorías, desde el cadete hasta el absoluto.

En los últimos ocho años la piragua se ha hecho mayor de edad en el puerto portmanyí. El gran culpable es Eduardo Prendes, un ex palista y ahora entrenador de origen asturiano, que desde entonces dirige la escuela de piragüismo del club, entrenando a los 25 deportistas con licencia federativa que tiene la entidad de Sant Antoni en la actualidad.

«Llegué hace diez años. Como ya iba dejando de competir quería entrenar y el club náutico me dio esa oportunidad», explica Prendes, que empezó aleccionando a chicos de siete años que hoy despuntan en categoría juvenil. Jordi Costa, campeón de España júnior en K-1, o Joan Ramón, vencedor nacional en el K-1 cadete, son la prueba de esta progresión.

La productiva cantera hace que el club pueda sobreponerse a bajas como las del prometedor Jules Henry, que se marchó hace un año a Francia para proseguir sus estudios. «Mantenemos el contacto con él, es realmente bueno», comenta Prendes, que recuerda que Henry se encuentra en un Centro de Tecnificación en el país galo.

No obstante, este reducto del kayak en las Pitiüses vive una particular regata contra la ausencia de competición. «Una escuela de piragüismo en las Illes Balears es inconcebible fuera de un club náutico, al contrario de lo que pasa en el norte del país. Para competir necesitas desplazarte, lo que eleva estratosféricamente el coste», analiza el preparador, que resalta la pujanza que está consiguiendo el kayak de mar, diferente al de pista que se practica en ríos o embalses, en las zonas mediterráneas.

Prendes no oculta su ambición por convencer a los clubs de Formentera, Vila y Santa Eulària para que se lancen a la aventura del remo. Así, las regatas a nivel local serían viables sin tener que salir, como mínimo, a Mallorca. «Si se animan a intenarlo, aumentaríamos muchísimo el nivel. Este deporte, además de físico, es muy psicológico. Hay que ser muy ´pillo´ en las pruebas y eso se gana con la experiencia de las regatas», analiza Prendes. No obstante, pese a competir poco, los pupilos del asturiano se han convertido en campeones en pocos años.

30.000 euros para acudir a regatas

Los palistas compiten cada año en unas 25 pruebas. Cada una de ellas requiere más de 1.000 euros para afrontar estancias y desplazamientos.