-¿La criptografía fue tan fundamental en la Guerra Civil? ¿Ayudó a Franco a ganar?

-Le ayudó muchísimo. Solo Nicolau debió romper unas 180 cifras de los republicanos. Íñiguez había roto, además de un montón de códigos normales, los de la aviación republicana. Por eso los aviones de la República tuvieron problemas para actuar: desde mediados de 1937, siempre les estaban esperando. Que sepas qué van a hacer los otros es una ventaja, siempre que los otros no sepan qué vas a hacer tú. A Wellington le fue bien en España por eso: sabía lo que hacían los franceses. Todas sus líneas de comunicación estaban rotas. Si Wellington veía que podía con ellos, se enfrentaba. Si creía que iba a perder, se largaba.

-Volvemos a la guerra fría. ¿Qué es mayor amenaza, Rusia o China?

-Tengo una web (www.criptohistoria.es) sobre criptografía, como hobby. Hace unos días comprobé los países desde donde accedían y Rusia es uno desde los que más visitas me hacen. Todos miran qué hace el vecino. Hace solo un par de años se montó un buen escándalo cuando se supo que los americanos leían los mensajes de alemanes y franceses.

-¿Está España preparada para esa batalla?

-Hay unos profesionales muy buenos. Y afortunadamente, en los últimos años ha crecido el número de personas preparadas en el Ejército para este asunto. Pero como siempre, hay un problema de fondos. Lo importante es que ahora se le da a la criptografía la relevancia que durante muchos años no tuvo. En el siglo XIX y hasta la Guerra Civil era algo raro. No había ningún interés. Pero al ver los resultados que daba, incluso Franco, que en principio no tenía ninguna fe en esto, cambió de opinión. Se convirtió. Vio la luz.

-Se queja John Keegan que la literatura de ficción sobre criptografía sobrepasa en volumen a la que la documenta. Una historia de espías siempre es más atractiva.

-Cuando aparece la criptografía en una novela, normalmente se convierte en un best seller. Como el ´Codigo da Vinci´... con criptografía de lo más cutre. Edgar Allan Poe, Arthur Conan Doyle, Verne... Todos la han usado y siempre vende. Si se supiera lo que verdaderamente hay detrás... La realidad supera siempre con mucho a la ficción. Te pongo un ejemplo: cuando llegaron a España todos los divisionarios que habían estado prisioneros en la Unión Soviética, se montó una operación combinada con los norteamericanos para intentar determinar cuáles eran espías infiltrados. Encontraron varios. Hubo un par que incluso contaron cómo se pasaba entre ellos la información.