Siento un inmenso vacío muy difícil de explicar. Este ha sido un año negro para la música, he perdido a muchos artistas con los que tuve el placer de trabajar: David Bowie, Prince, Leonard Cohen y Glenn Frey, guitarrista y cantante del grupo The Eagles, pero confieso que la muerte de George Michael me ha tocado el alma de forma especial. Hemos perdido un grande de la música, un artista diferente, difícil de catalogar en palabras o estilos.

La semana pasada precisamente hablaba con su mánager, Michael Lippmann, sobre un nuevo proyecto en el que tratábamos de involucrar a algunos dj´s de Ibiza para hacer un revival con su música. Me hacía muchísima ilusión la idea de volver a colaborar y hacer cosas juntos.

Hace cuatro años George vino a casa a pasar una semana en familia, hoy más que nunca me parece que fue ayer, por ello recuerdo su última visita como algo imborrable e increíble. La casa está llena de recuerdos suyos que me vienen ahora a la memoria cargados de nostalgia. La guitarra con la que interpretó ´Faith´ en Madrid cuelga de una de una pared insigne de mi hogar. Más que un artista, George era un amigo

Le encantaba esta isla, sabía disfrutar de ella y nos divertíamos mucho. Fuimos a Lío, a navegar rumbo a Formentera. Estaba en plena forma, vivía un momento dulce, lleno de energía y tenía claro que quería trabajar en un nuevo disco. Al despedirse me volvió a firmar la guitarra que me había regalado en su tour ´Faith´ de 1988. El mensaje que me firmó en la guitarra era muy claro: ´I´m back´. Le entusiasmaba la idea de volver a colaborar con Ibiza porque formaba parte de su vida desde que en 1983 grabó su videoclip ´Club Tropicana´ en el Hotel Pikes.

George era muy cercano, excepcionalmente sensible, alguien muy especial cuando formas parte de su vida. Me siento orgulloso de haberle conocido y de haber formado parte de su círculo cercano.

Sorprendía su sencillez y calidez, era un talento en la cima del éxito que huía de lo banal y de las tonterías.

George Michael era un ser lleno de amor, con una grandísima necesidad de dar y recibir. Me quedo con su genialidad, su fuerza y con esa luz que tanto ha transmitido. Sin duda hemos perdido a una de las grandes voces de varias décadas, uno de los más grandes de la música que nos ha dejado un legado pleno de grandes canciones que seguiremos escuchando a todo volumen y con mucha emoción.

Siempre.

Que descanse en paz.

Con amor.

Pino.