Esta carta pretende transmitir un sentir generalizado de un grupo de personas. Un grupo muy heterogéneo de dueños de perros que se junta casi a diario en un parque de Ibiza con sus amigos peludos, muchos de ellos, por cierto, adoptados en Sa Coma.

No queremos desaprovechar esta oportunidad de expresarnos públicamente para mostrar nuestra total gratitud y respeto por el buen hacer del Centro de protección Animal de Sa Coma. En concreto, por el cuidado de los animales y la dedicación de los que hacen posible el desempeño de esta protectora. Pero no podemos hacer oídos sordos a ciertas problemáticas o comportamientos que creemos poco éticos, irrespetuosos o impropios, protagonizados por parte de algunos trabajadores o voluntarios que son, al fin y al cabo, la cara visible de este centro. Siempre hacia las personas, no hacia los animales, quede claro.

En las múltiples experiencias que conocemos de personas que han adoptado un perro en Sa Coma, es habitual haber sido engañado con la edad del animal. Tienden a decir una edad inferior a la que saben que tiene el animal, y no hablamos de errores de cálculo. Se puede comprender que la finalidad de faltar a la verdad sea conseguir el ´sí quiero´ del potencial dueño. Era un tal Maquiavelo el que justificaba cualquier medio para alcanzar el fin deseado. Pero mal empezamos si comenzamos engañando al que va a adoptar. Se está faltando al respeto a dicha persona, que si está allí es porque busca mejorar la vida de un perro. Debería haber mejor entendimiento cuando todos buscamos lo mismo, o eso creemos.

Conocemos casos también en los que una persona, por los motivos que sea no puede seguir conviviendo con su animal. Por los motivos que sean, repito: enfermedad, desplazamiento, problemas económicos, laborales o familiares€ Esa persona, hablamos en este caso de un dueño responsable, siente más que nadie separarse de su animal. Pero debe tomar una decisión, la mejor para esa mascota de la que es responsable. No conociendo a nadie que se pueda hacer cargo y descartando evidentemente el abandono, se dirige a Sa Coma sabedor de que es el mejor lugar para el animal. Será bien tratado, no le faltará de nada y le encontrarán un dueño y un hogar. Y es en todo caso un servicio que ofrece esta protectora. Y la mejor opción, la más responsable, si uno no puede hacerse cargo más del animal. Pues bien, no debería repetirse nunca más el hecho de que ciertas personas que desempeñan allí funciones de voluntariado, juzguen, falten al respeto o increpen al que con todo el dolor del mundo y tras muchas noches sin pegar ojo se separa de su ´Boby´, su ´Sultán´ o su ´Luna´. Ni es su función juzgar ni se les pide opinión por situaciones que desconocen.

Y un caso más en el que el respeto hacia las personas se ha distraído por completo, sucedió desde la cuenta de Facebook ´Animales en Sa Coma´. En dicha cuenta, gestionada por el voluntariado con el beneplácito de la protectora, se puede compartir, clicar en ´me gusta´ y comentar sin ningún problema siempre que sea a favor de lo que la responsable de la cuenta considere oportuno. La censura es ejercida, eso sí, y con diligencia, en cuanto alguien pide explicaciones, rebate o muestra su desacuerdo. Hablamos de comentarios respetuosos y argumentados. En caso de que se sumen apoyos a dichos comentarios que no gusten a la censora, se borran todos ellos o incluso todo el post. Así ha ocurrido más de una vez. Y es por este motivo que nos hemos visto obligados a redactar esta carta, ya que en contacto directo con ellos, sólo conseguíamos ser borrados, silenciados.

También indicar que, por suerte, no todo el voluntariado tiene este comportamiento y entre ellos también se hallan personas muy responsables y realmente preocupadas por el bienestar de los animales y de que tengan sus paseos. Es una pena que una parte del voluntariado que se excede en sus funciones y opiniones estropee el buen trabajo de todos los demás.

Solo pedimos respeto -el mismo que mostráis hacia los animales- por las personas. Qué menos. Y no ya porque todos queramos lo mejor para los animales, o porque todos seamos vecinos, o porque la protectora pertenezca al Ayuntamiento, sino porque consideramos que el respeto debería ser innegociable.

Gracias lector, por llegar hasta aquí.