La concesión de la Medalla de Oro de Vila al empresario Abel Matutes, que lleva más de quince años alejado de la política, ha dolido a un pequeño grupo que se autoproclaman progresistas, y muy especialmente a concejales socialistas en el Ayuntamiento de la ciudad de Ibiza.

El que fuera nombrado comisario europeo para defender los intereses de España, y por ende de los españoles, por Felipe González, los socialistas (algunos) de Ibiza aún no lo han digerido. Que sus empresas den trabajo a varios miles de ibicencos, tampoco tiene valor alguno. El haber sido ministro de Asuntos Exteriores, tampoco. ¿Y el colaborar con movimientos sociales, deportivos, culturales, etc. a través de la Fundación que lleva su nombre?

Fueron ellos, los socialistas, quienes concedieron igual o similar distinción y honor a Félix Pons y Enrique Mayans, y creo que merecida y acertadamente. ¿No eran políticos ellos? ¿O el ser de su color, ideas o partido político tiene otra lectura? Un poco de seriedad, señores del grupo municipal socialista.

En definitiva, que razonamientos de peso para oponerse a la muy merecida Medalla de Oro a Matutes por parte de los socialistas de Vila, ninguno.

Y para Abel Matutes, felicidades. La medalla en cuestión la tiene más que merecida.