Hago referencia a la carta escrita por don Eduardo Ribas, quien me abruma pero también me ofende. No, no me escondo bajo el nombre de nadie para expresar mis opiniones, ya que, como usted sabe, durante los últimos años he escrito varios artículos en este periódico en contra de la barbaridad que supone construir una nueva plataforma de carga en el interior de la bahía de Ibiza.

Si lo que se va a construir no es una terminal de carga donde se van a depositar containers y donde se construirá una terminal, entonces al tiempo. También dijeron los políticos que nunca se haría una plataforma cuando se construyó el dique de Botafoc, y como dice acertadamente don Miguel Ángel González en su excelente artículo del 25 de septiembre, «nos han llevado al huerto».

Si la zona en donde se va a construir, y por la que deberán transitar cabezas tractoras con contenedores, autobuses, camiones y automóviles, no es la más residencial de Ibiza, entonces me temo que el señor Ribas no conozca bien la ciudad. Por otro lado, quizás este señor nos pueda aclarar por dónde circularán los vehículos, ya que si no es por el Paseo Juan Carlos I, la avenida 8 de agosto y la rotonda de Marina Botafoc, no sé por dónde van a llegar (y salir).

Que el nuevo dique ha incrementado la contaminación, y que la nueva plataforma acarreará aún más, no lo aseguro yo, sino que lo dicen autoridades como el profesor Manuel García Carrascosa, del Departamento de Biología Marina de la Universidad de Valencia, Enrique Ballesteros, del Centro Superior de Investigaciones Científicas, Enric Sala, también del CSIC-CEAB, el biólogo Manu San Félix, y otros. Algunos de estos también dicen que el estudio de impacto medioambiental realizado por la Autoridad Portuaria es una chapuza.

Pero no hace falta ser profesor, con un simple recorrido y teniendo algo de olfato, puede comprobarse la suciedad que impera en la bahía, que es muchísimo mayor en comparación con lo que ocurría con anterioridad a la construcción del dique. Con la nueva plataforma se hará insostenible.

La pradera de posidonia del interior de la bahía desaparecerá con las obras de dragado que se pretenden llevar a cabo, y decir que subsistirá bajo los pilotes de la nueva plataforma, como sostiene el señor Ribas en su carta, es de una tendenciosidad inaceptable.

El proyecto de Eivissa pel Canvi es una alternativa perfectamente válida y hay un sinnúmero de profesionales que avalan esta propuesta, así como otros estamentos que, o bien por indolencia o por temor a represalias, no salen a la palestra. Este proyecto incluye además, unas rigurosas conclusiones como las que siguen.

1.­– El dimensionamiento incorrecto. No se ha realizado ningún estudio acerca de tipos de buque que operan actualmente y que lo harán en el futuro en el puerto de Ibiza. Esto ha conducido a la sobreestimación de las necesidades del puerto.

2.­­– El impacto ambiental es muy alto. La alternativa elegida, dado el volumen de rellenos y dragados necesario para su ejecución, es muy poco respetuosa con el medioambiente. Las praderas de posidonia se ven afectadas de forma muy negativa por los dragados y rellenos porque aumentan las partículas en suspensión en el agua y se depositan finalmente sobre las plantas, impidiendo su desarrollo e incluso provocado su desaparición. Las praderas de posidonia son clave para la oxigenación de las aguas y son hábitat de multitud de organismos que enriquecen en nutrientes el medio marino.

3.­– El tráfico rodado no tiene salida a las vías de alta capacidad de la isla. Esto se traducirá en molestias en forma de atascos, ruido y malos olores para los ciudadanos de Ibiza y turistas.

4.– La alternativa seleccionada es muy cara. En este asunto yo no defiendo mis intereses, sino los intereses de esa joya del Mediterráneo que es la ciudad de Ibiza. Una plataforma de estas dimensiones jamás se construirá en Saint Tropez, Portofino, Dubrovnik, Korcula, Porto Cervo, ciudades-puerto con bahías únicas como la nuestra, y con las cuales competimos por un turismo de calidad y poder adquisitivo. Pero no, parece que lo que se pretende es construir infraestructuras faraónicas para seguir incrementando el turismo masificado que aporta muy poco.

Somos cientos de personas las que consideramos que esta es la mayor catástrofe urbanística, medioambiental y ecológica que se va a producir en la historia de la isla de Ibiza. Los organismos asesores de la Unesco han aseverado que «esta ampulosa infraestructura destruirá la estética de la bahía de Ibiza y afectará a la calidad paisajística del conjunto amurallado de Dalt Vila y a las vistas desde lo alto de la ciudad».

En lo que respecta a la construcción de un puerto en es Codolar no son ningunas ideas cocinadas en Madrid, sino que nacen entre los políticos ibicencos, y para prueba de ello apelo a lo publicado el 3 de octubre de 1979 en su periódico, donde notables ibicencos apuntan a la necesidad de extirpar la carga y descarga desde el interior de la Bahía. Es Codolar ya entonces se consideraba el lugar apropiado. Pero existen otros.

Lo que no es tolerable bajo ningún concepto es que se realice una obra de esta envergadura que es totalmente innecesaria y, peor aún, irreversible. Una vez hecha será demasiado tarde para arrepentirse.

Debemos proteger nuestro Patrimonio pues es el único que tenemos y sorprende que algunos así no lo piensen. Los que tienen intereses personales en el asunto, claro está.

Por cierto, no vivo en Madrid ni resido en España, pero amo Ibiza.