La acusación particular ha solicitado al juez de Instrucción número 20 de València, que investiga a Jorge Ignacio P. J. por tres asesinatos consumados —los de Marta Calvo, Lady Marcela Vargas y Arliene Ramos— y otros ocho en grado de tentativa, que sea interrogada la madre del presunto asesino en serie para averiguar si pudo encubrirle en alguna de esas acciones criminales.

Aunque Pilar Jacome, la madre del acusado, nunca podría ser juzgada por encubrimiento precisamente porque el grado de consanguinidad elimina ese delito, su comparecencia ante el juez y el resto de las partes tiene sentido en este momento procesal, ya que si solo declarase en el juicio, podría aportar datos que no se podrían corroborar en ese momento y que, por tanto, llegarían tarde, esgrime el escrito.

La declaración de la madre ha sido solicitada por la acusación particular que ejerce el letrado Juan Carlos Navarro en nombre de dos de las tres asesinadas —Lady Marcela y Arliene— y de siete de las ocho supervivientes. El juez decidirá en los próximos días si concede esa petición sin más o si realiza una ronda de consultas con la fiscal, las otras dos acusaciones particulares y la defensa.

En caso de optar por esta última posibilidad, lo más probable es que la abogada de Jorge Ignacio P. J., para quien la figura de su madre es uno de los pilares de su vida, se oponga, y que tanto la fiscal del caso como los letrados de la madre de Marta Calvo, Pilar Jové y Vicente Escribano, y la del padre, Candela Estévez, se adhieran a la petición.

En el escrito recibido ayer por el juzgado, Navarro esgrime dos razones para apoyar la conveniencia de que Pilar Jacome declare en el juzgado. Por un lado, y basándose en el amplio informe de los dos psiquiatras forenses que han examinado al acusado a lo largo de cuatro entrevistas personales, tal como adelantó Levante-EMV en su edición digital, recuerda al juez que el propio acusado contó a los médicos que su madre «no estaba conforme con su modo de vida» y que «se indignó mucho» cuando le contó que «frecuentaba chicas de alterne». Afirmó, también, que «con sus asuntos de narcotráfico y otras circunstancias de su vida» se mostraba «muy crítica».

Esas aseveraciones demuestran un elevadísimo grado de confianza del hijo con la madre que llevan al letrado a inferir la posibilidad de que la mujer sepa mucho más de lo que ha salido hasta ahora a la luz durante la investigación.

Además, recuerda Navarro que Pilar Jacome pasó con su hijo los dos días inmediatamente posteriores al asesinato de Marta Calvo —«la llegada de la madre no es casual», aventura— y que «hizo desaparecer determinadas pruebas contra su hijo», en referencia al router, la tableta y varias prendas de ropa del presunto asesino que se llevó al final de aquel fin de semana a Mallorca, donde reside, y que solo devolvió cuando se lo exigió la Guardia Civil.

Y, aunque admite que la madre ya ha declarado ante los investigadores del instituto armado en relación con el caso de Marta, hace hincapié en que «no se le ha interrogado o no ha dado su versión respecto del conocimiento que tiene de los hechos denunciados por las otras víctimas» y aduce que «incluso su testimonio podría servir para confirmar las explicaciones ofrecidas por el investigado».

En ese hilo argumental, expone que «no sabemos si la estrategia de la defensa será citarla para la celebración del plenario [juicio] y ofrecer una versión sorpresiva que impida a las acusaciones reaccionar con nuevas pruebas, vetadas por tardías, para desmentir o confirmar la posible versión venidera», por lo que considera imprescindible escucharla en esta fase del procedimiento judicial.